Gonzalo Arellano está planificando comprar una vivienda en el sector de Cotocollao, en el norte de Quito. Tiene un presupuesto de USD 60 000, que los obtuvo por la venta de un terreno en Salcedo (Cotopaxi), su tierra natal.
Sin embargo, ya lleva un mes y 18 días recorriendo cuatro cuadras donde le interesa adquirir el inmueble y no encuentra una casa que se ajuste a su prepuesto.
Arellano, empleado privado de 52 años, consultó en una constructora cuánto le costaría comprar un terreno baldío y construir una casa según sus gustos.
“El presupuesto para construir la casa no me alcanzaba para poner terminados de lujo. Decidí esperar y seguir recorriendo la zona hasta encontrar una vivienda con de dos pisos y dormitorios suficientes para los siete miembros de mi familia”, dijo Arellano.
Él se asesoró con su pariente Javier Villalba, arquitecto. La primera recomendación que hace Villalba es que la persona se dé tiempo para buscar la casa adecuada y que tome en cuenta el año en el que fue construida.
Esto porque existen viviendas de segunda mano que pueden tener problemas de infraestructura que no son visibles y que no se pueden identificar en una o dos visitas. Se necesita el asesoramiento de un especialista.
Otra de las recomendaciones es tener varias alternativas, antes de plantear un negocio. Así, conociendo los costos de otros inmuebles de similares características, se pueden comparar el costo y el beneficio. Además, por la alta inversión es recomendable tener la evaluación de un profesional.
“Las casas usadas pueden tener problemas ocultos, como daños en instalaciones o en conexiones. Las viviendas de segunda mano son una buena opción. Sobre todo porque resultan más económicas que una nueva”, dice Villalba.
Mariana Panimboza es una microempresaria que adquirió una vivienda en Solanda (sur de Quito) en USD 60 000. La casa es de dos pisos con todos los servicios. Las paredes del inmueble fueron pintadas por la nueva propietaria. Cuenta que le tomó tres meses elegir la casa y cerrar el negocio.
Recorrió ocho zonas del sur. Por ejemplo, en Guamaní halló una casa en USD 68 000 y era de tres pisos. “Influyó mucho la ubicación. Estábamos lejos de todo. Decidimos comprar esta casa por que resultaba cómoda para nosotros. No era ni muy pequeña. Tampoco era grande”.
Patricia Gordillo, asesora inmobiliaria, explica que antes de decidir la compra de una vivienda, primero se debe tomar en cuenta las necesidades. Para esto se plantean interrogantes como cuántos dormitorios necesita, cuántos miembros son en la familia, el presupuesto, la ubicación, la seguridad, entre otros factores.
La especialista aclara que un inmueble nuevo tendrá más valor que uno usado. Por ejemplo, según Gordillo, en zonas urbanas que son consideradas nuevas centralidades en Quito, como La Carolina, El Bosque, entre otros, el costo del m² de casas nuevas puede llegar a costar USD 1 300. En viviendas usadas, en cambio, el costo del m² puede costar hasta unos USD 300 menos.
“La casa usada es más grande. Con la nueva tendencia en construcciones, ahora las casas son más pequeñas”, dice Gordillo.
Arellano dice que esperará dos meses más para comprarse su casa. Espera que le sobre dinero para decorar los interiores.