Es una nueva propuesta arquitectónica que toma auge en la capital azuaya y otras ciudades del país. Se trata de las construcciones sostenibles con el ambiente.
En el sector de Misicata, en el camino viejo a la parroquia cuencana de Baños, se construyeron dos viviendas de características singulares. Tienen 140 y 160 metros cuadrados, en medio de un entorno natural.
Las casas están construidas sobre una losa de cimentación con estructura de acero. En los entrepisos y en la cubierta se utilizaron tableros de OSB. Se trata de fibras de cedro o de pino que tienen un buen comportamiento físico o térmico, dice el constructor de este proyecto, Pedro Samaniego, de la firma AyD.
La cubierta está protegida por una membrana termo-fusionada resistente a los rayos UV del sol. Los muros están conformados exteriormente por tableros impermeabilizados de OSB. Están fijados en bastidores de hierro galvanizado con juntas de aluminio negro. Estos últimos elementos son parte de la composición de las fachadas.
Para las paredes internas se utilizaron paredes, planchas de yeso y cartón rellenas con lana de vidrio. Además, para proteger las fachadas se instalaron unos goterones metálicos de color negro, que también son parte del diseño de las fachadas.
Según el arquitecto, Pedro Samaniego, el proceso constructivo se basó en la optimización y racionalización en la ocupación de la mano de obra y la utilización de materiales que pueden ser reciclados en el futuro. Por ello tiene el carácter de sus sustentable o ecológico.
Las casas también están diseñadas para ahorrar energía. “Todos los ambientes disponen de luz natural, incluidos los baños”. También se utiliza la energía solar para calentar el agua a través del uso de paneles. Es decir, existe un ahorro de energía, señala el arquitecto. “Usamos focos ahorradores, LED (sistema de iluminación) y mayor eficacia lumínica”.
Además, dice Samaniego, hay una recirculación del agua lluvia que sirve para regar los jardines o para lavar los automotores.
“Los materiales con los que están construidas las casas son reciclables, y se los moduló para generar un bajo desperdicio de materiales en la construcción.
La elección de los materiales se hizo tomando en cuenta su industrialización, bajo impacto ambiental, calidad y de fácil y rápido montaje, dice Samaniego.
En planta baja hay un solo ambiente para sala y comedor, con vista hacia la ciudad. La despensa y lavandería están separadas de la sala y comedor por un panelado de madera y se iluminan por la parte posterior de la casa.
La cocina está situada junto a la despensa y se conecta directamente con el comedor. La escalera, que lleva a la planta alta, está iluminada por un tragaluz.
La planta alta tiene tres dormitorios para los padres y los hijos, cada uno con un baño. Desde el dormitorio de los padres se mira hacia Cuenca y desde el de los hijos hacia el jardín posterior.
Estas viviendas fueron galardonadas en noviembre del año pasado con el Premio Nacional en la Categoría de Diseño Arquitectónico. Este premio fue parte de la Bienal de Arquitectura Panamericana de Quito.
Tienen un estilo contemporáneo y su diseño se adaptó a los materiales para evitar un desperdicio de materiales. “La gente está cambiando de mentalidad y las personas están aceptando este tipo de propuestas”.
En la actualidad, Samaniego levanta un proyecto similar en Quito y otro en Cuenca. Tendrán tres habitaciones con baños, sala comedor cocina y garajes.