El bambú es una especie vegetal que se halla en grandes cantidades en Esmeraldas. Fotos: Caemba y Richard Cortez
La XX Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito fue un espacio para conocer las acciones que la sociedad civil y los gobiernos provinciales ejecutaron tras el terremoto del 16 de abril pasado. Estas experiencias se contaron al inicio del evento, el pasado lunes 14 de noviembre.
La respuesta a la pregunta ¿qué podemos hacer?, generó respuestas de organizaciones como Actuemos Ecuador, Natura Futura y Caemba/Fundación Raíz. También, de las universidades Católica Santiago de Guayaquil, del Azuay, la Nacional de Chimborazo y los Gobiernos Autónomos Provinciales (Congope).
Su accionar se encaminó a la generación de estructuras que reemplacen, temporal o permanentemente, a las viviendas afectadas por el terremoto de 7,8 grados. También se colaboró con una ayuda inicial a las familias afectadas.
Actuemos Ecuador, por ejemplo, presentó el trabajo realizado en la comunidad Guadurnal, cantón Muisne. En este sitio se identificó que la afectación se dio porque fallaron los pilotes de las viviendas, ocasionando que las casas se asienten. Es este punto se centró la ayuda.
Las construcciones pasaron de ser provisionales a estables. La comunidad participó.
Así se inició la construcción de pilotes más resistentes usando llantas usadas, hormigón, armadura de hierro y madera. Para esto se realizaron talleres y visitas a la comunidad. Los habitantes aportaron con su experiencia y trabajo.
Mientras Natura Futura Arquitectura apostó a la utilización de palets para la construcción de viviendas para los afectados. Importante fue la participación de los afectados y otros colectivos independientes de Babahoyo.
Así, el proyecto 7.8, planteó la construcción de un prototipo de casa transitoria en Babahoyo, Los Ríos; esto como una necesidad urgente tras el colapso de viviendas en sectores vulnerables de la ciudad.
Otra experiencia que se compartió en la Bienal de Arquitectura fue la de Caemba/Fundación Raíz, cuya acción se concentró en la construcción de casitas emergentes de bambú, principalmente en comunidades de Esmeraldas.
Una de las estructuras que tuvieron una atención inicial fueron las aulas escolares.
Inicialmente el objetivo fue construir 20 refugios, pero por las características del bambú y de las construcciones se extendieron a viviendas que, en muchos casos, pasaron de ser temporales a permanentes.
En el caso de las universidades, se expuso propuestas como la del Azuay con su programa de Acciones solidarias con los damnificados del terremoto. Lo hizo con dos proyectos: mecánica automotriz y de comunicación interna en el campamento Samán, en Canoa.
El Congope también expuso sus acciones tras el sismo.