La plaza de San Francisco es uno de los lugares por donde pasa el recorrido ‘e-bike’. Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO.
Un circuito turístico y ciclístico que une a las lomas de San Juan, El Panecillo, Itchimbía y Guangüiltagua es la propuesta de ‘e-bike’. La ruta se hace a bordo de bicicletas con asistencia eléctrica, que minimizan el esfuerzo físico al pedalear y así acceder a más atractivos en menor tiempo.
Este proyecto es una alternativa al tráfico vehicular que soporta la capital ecuatoriana. Un estudio de la consultora de transporte Inrix, denominado Global Traffic Scorecard, señala que los conductores de Quito perdieron hasta 28 horas al año atascados en el tráfico.
La bicicleta -de diseño alemán- posee suspensión delantera, cambios en el lado derecho del manubrio, potentes frenos de disco, armazón de aluminio hidroformado…, aunque lo mejor es su versatilidad en el momento de pedalear.
La asistencia viene de una batería de iones de litio de 400 Wh de carga que se activa al pedalear, la energía se agota luego de recorrer 100 km.
El usuario puede incrementar el nivel de exigencia a través de 10 marchas, dependiendo de su condición física. Está equipada con una computadora que le informará sobre los kilómetros ya recorridos previamente y los que se registrarán en el nuevo recorrido.
En Quito, los circuitos van por la Universidad Central, Palacio de Najas, av. Amazonas, El Ejido, Asamblea Nacional, La Alameda, Banco Central, Basílica del Voto Nacional, Monasterio de las Madres Agustinas, Palacio de Carondelet y culmina en El Panecillo, en la primera etapa.
Luego se baja a San Diego, se cruza la av. 24 de Mayo, La Ronda, Santo Domingo, La Marín y se sube al Itchimbía, para luego tomar la ciclovía hasta ascender a la loma de Guangüiltagua y así llegar al parque Metropolitano.
El recorrido es monitoreado por un auto de asistencia, en caso de que el turista desista de seguir en la ruta o sufra un pinchazo y necesite reemplazar sus neumáticos.
Este recorrido, además, es inclusivo, ya que le permitió a Hernán Romo, de 52 años, quien tiene un tratamiento de diálisis desde hace tres años, volver a disfrutar del deporte que más practicaba, antes de padecer de insuficiencia renal.
“En la actualidad se respeta más al ciclista. Se apela a la cortesía para pedir paso sobre todo en los redondeles. Ojalá que los conductores mantengan su distancia”, reseñó José Luis Rodríguez, quien está a cargo del proyecto ‘e-bike’.