Nicolas Cage enfrenta los vaivenes de la fama interpretándose a sí mismo en la comedia de acción que llega a las salas de cine como ‘El peso del talento’.
La cinta juega con una delgada línea entre la ficción y la realidad, pero no deja de ser un homenaje a la carrera del actor a través de la comedia.
Una leyenda en el cine
En 1996 Nicolas Cage alzaba la dorada estatuilla del Oscar como premio al Mejor actor por su trabajo en ‘Leaving Las Vegas’. En la cinta de Mike Figgis, interpretaba a un guionista de Hollywood perdido en el alcoholismo hasta que conoce a una mujer que cambia su vida.
Aunque ese ha sido el único premio de la Academia que ha recibido hasta ahora, Cage ha dejado su marca en la industria de Hollywood con su nombre inscrito en más de 100 producciones audiovisuales entre el cine y la televisión.
El actor californiano saboreaba las mieles de la gloria en el mejor momento de su carrera. A la película que le valió el Oscar le siguieron éxitos comerciales como ‘La Roca’, ‘Con Air’, ‘Face-off’ o ‘City of Angels’.
La fama y reputación de la que gozaba Cage, que llegó a ser uno de los actores mejor pagados de Hollywood, también lo arrastró a una vida de excesos y excentricidades.
A inicios de los 90 tuvo a su primer hijo, Weston Coppola Cage. Y a partir del 95 ha entrado y salido de cinco matrimonios. El último, hace apenas un año con la japonesa, 31 años menor que él, Riko Shibata.
Figura central en el ‘star system’ de Hollywood, el sobrino de Francis Ford Coppola no escatimaba en gastos para mantener su estilo de vida y llegó a tener propiedades en varios estados de Estados Unidos, así como una isla en las Bahamas y dos castillos en Europa.
Aunque no ha dejado de estar frente a la cámara (en 2019 estrenó seis películas) su éxito relativamente parece haber menguado en los últimos años.
El mito convertido en personaje
Toda esa historia personal y profesional sirvió de inspiración para el guion de ‘El peso del talento’. La historia escrita por Tom Gormican junto con Kevin Etten tiene un personaje central que solamente podía ser interpretado por Cage.
La idea de Gormican, quien también dirige la cinta, era que Nicolas Cage se interpretase a sí mismo como un actor creativamente incompleto y enfrentando la ruina financiera.
En ese escenario, la versión ficticia de Cage debe aceptar una oferta de USD 1 millón para asistir al cumpleaños de un peligroso súper fan, interpretado por Pedro Pascal.
Las cosas se salen de control cuando Cage es reclutado por una agente de la CIA (Tiffany Haddish) y obligado a revivir a sus personajes más icónicos para salvarse a sí mismo y a su disfuncional familia.
Un papel difícil de aceptar
Esencialmente la película es una versión alternativa sobre cómo podría ser la vida de Cage, basada en la interpretación de Gormican.
El guion fue escrito a base de especulaciones y, en principio, Cage no tenía intenciones de interpretarse a sí mismo. El actor finalmente aceptó al entender que la intención del director era hacer un homenaje a su trayectoria en una meta-comedia en la que hay mucho de autoparodia.
La comedia autorreferencial también se integra a una entretenida aventura de acción en la que no faltan guiños a las películas más exitosas del actor, incluyendo un paseo por el museo de los recuerdos, así como a otros productos de la industria de Hollywood.
El talento de Gormican está en explotar la versatilidad de su protagonista y lo lleva por una historia que va combinando géneros que van por el drama, el suspenso y la acción, todos ellos hilados en una cínica y divertida comedia.
Pedro Pascal es el perfecto contrapunto y catalizador de los momentos más divertidos de la película. La arriesgada idea de interpretarse a sí mismo esta vez funciona como original e irreverente sátira del protagonista y el mundo de Hollywood.