Los animales tienen una ficha y un arete que sirve como identificación. La comunidad sembró pasto para que tengan una correcta alimentación. También tendrán un invernadero. Foto: Xavier Caivinagua para El Comercio
El tejido de la fibra de alpaca es la apuesta en la comunidad de Cebadaloma, en el cantón cañarense de Biblián. 30 indígenas se dedican al cuidado de este animal y a la confección de suéteres, bufandas, gorros, guantes, chalecos, llaveros…
Sus productos serán comercializados del 12 al 14 de este mes, en la feria que organizó el Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares, por el aniversario de fundación de la capital azuaya.
El tejido de la fibra de alpaca es una iniciativa que surgió hace dos años, tras el convenio firmado entre la Universidad del Azuay y el Municipio de Biblián. La intención es capacitar sobre diferentes áreas, como el diseño, a través de un programa de educación continua, señala la profesora de este centro de estudios Silvia Zeas.
Según ella, los participantes completaron 120 horas de capacitación. Ellos recibieron un certificado avalado por la Universidad del Azuay. Entre otros temas aprendieron sobre el cuidado de las alpacas, el manejo textil para el tinturado, la calidad de las fibras y las técnicas de tejido.
Hace un año empezó la segunda fase del proyecto de vinculación con la sociedad. Zeas cuenta que, en la actualidad, brindan asesorías en cada uno de los procesos. Para ello, viajaron en el 2018 a Puno, en Perú. El propósito fue aprender más sobre el cuidado de las alpacas y de las técnicas avanzadas de tejido.
“Recibimos una capacitación de Inca Tops. Aprendimos más sobre la forma de esquilar a las alpacas, clasificación de la fibra”, cuenta Zeas.
Según ella, con este aprendizaje los beneficiados de este proyecto están más adiestrados para sentir el grosor de la fibra y clasificarla. La más fina es más apetecida para el tejido de las prendas de vestir. “La idea es tener productos de buena calidad, con una buena selección de las fibras”.
Con el material más grueso, en cambio, elaboran rellenos, llaveros y pulseras para aprovechar al máximo la fibra.
En la comunidad de Cebadaloma hay cerca de 130 alpacas. La segunda fase del proyecto costó cerca de USD 50 000.
La Universidad del Azuay aportó con los conocimientos de siete profesores de las facultades de Diseño y Ciencia y Tecnología y con el apoyo de 20 estudiantes. En cambio, la Municipalidad de Biblián aportó con el equipamiento.
Zeas señala que las prendas tienen diseños contemporáneos con la intención de dar un valor agregado a las técnicas ancestrales y para atraer a una mayor cantidad de clientes.
Los ponchos son los más demandados, al igual que las bufandas, carteras y llaveros. Estos últimos cuestan USD 5 y los gorros entre USD 10 y 15. “La idea es buscar un mercado que valore el trabajo que realizan estas personas”.
Para Ángeles Humala, fundadora de la Asociación de Trabajadores Agrícolas La Esmeralda Chica de Cebadaloma, este proyecto representa un nuevo ingreso para sus familias que se dedican, principalmente, a la agricultura y la a ganadería.