El trovador mexicano Alejandro Filio está de visita en Ecuador donde presentará dos conciertos este fin de semana.
El primero se realizará el viernes 6 de mayo a las 20:00 en el teatro San Gabriel, en Quito. La segunda presentación se realizará el sábado 7 de mayo en el coliseo Jefferson Pérez a las 20:00, en Cuenca.
Antes de volver a subirse a los escenarios ecuatorianos en los que ya ha compartido su obra, Filio conversó con este diario sobre su carrera, la trova y su regreso al Ecuador.
¿Qué es lo que le motiva a seguir componiendo y cantando?
Ser cantautor e intérprete de sentimientos personales y populares es una convicción y una necesidad constante. Componer y cantar canciones es una forma de vida que no se detendrá mientras siga viviendo.
¿Eso quiere decir que no ha contemplado la posibilidad de retirarse?
Es una posibilidad que no la contemplo desde hace 46 años, cuando tenía 16 y lo único que tenía en la cabeza era cantar y componer canciones. Desde entonces no me he detenido y nunca ha pasado por mi mente abandonarlo.
Una larga trayectoria que ha dejado huellas en más de 15 álbumes de estudio hasta llegar a ‘Trova Azul’, publicado en 2018. En referencia a ese disco, ¿la trova tiene color?
Muchas veces comparamos las emociones con los colores. El azul es muy un color intenso que despierta emociones y por eso a la canción y al disco los bauticé con ese nombre. Es como encontrarse con los sentidos que nos propone la trova.
¿Qué refleja este disco sobre el momento musical y personal que atraviesa en este momento?
Es una confirmación de que una voz y una guitarra pueden tocar las fibras sensibles de las personas y pueden comprometerse para ser intérpretes de los sentimientos de los demás.
Desde entonces ha habido un silencio musical. ¿Hay algún otro proyecto en marcha?
Está por salir el 13 de mayo un nuevo disco que recoge las 12 mejores canciones de Alejandro Filio. Este trabajo recoge nuevas versiones de las 12 canciones que el público ha considerado como las mejores. Este proyecto recupera las formas musicales de los 70 y 80 y le da una nueva imagen a esta música y habrá quien la conozca como un comienzo para pertenecer al mundo de la trova.
¿Cómo se hizo esa selección?
Se hizo a través del tiempo en los pedidos de la gente en los conciertos, así como en los comentarios en redes sociales. A muchos les gusta canciones como Brazos de sol, Mujer que camina, En esta inmensidad, Después de ti, después de mí, entre otras.
Una selección temas que han trascendido el tiempo hasta volverse atemporales y vigentes
La vigencia la marca la propia condición humana. Es decir, no vamos a dejar de enamorarnos o estar inconformes con los que nos toca vivir como sociedad. Eso también es lo que hace que la trova permanezca viva. Incluso en esta crisis de salud que nos vuelve hermanos generacionales de una vivencia universal, que nos acerca a la revaloración de la vida.
¿Por qué el mundo necesita un trovador en momento como este?
Para interpretar la emoción de las personas. No podemos estar representados solo por los artistas populares de éxito que tienen como objetivo el entretenimiento. También es importante tener una conciencia de lo que estamos viviendo, quiénes somos y a dónde vamos. El trabajo del trovador es ir al encuentro con los demás para interpretar su sentir a través de la música.
Una voz atravesada por emociones y necesidades colectivas, que demandan y denuncian
El trovador tiene un compromiso de hablar de las cosas que la gente está sintiendo y pensando. En ese sentido, se ha abandonado un poco esta tarea de denuncia y protesta en la música. Por otro lado, no se han dejado de abordar otros temas como la familia, la pareja o el crecimiento de nuestros hijos y el futuro que puedan tener.
¿Qué es lo que le ofrece al público en este reencuentro presencial?
La confirmación de la imagen del trovador acompañado con una guitarra, en una producción muy poco pretensiosa, pero abordando los temas que la gente ha hechos suyos y cantando las canciones que han sentido como representativas. Tendremos una comunicación directa para fraguar todas esas emociones sublimes, así como las decepciones.