Pablo Santos es un ingeniero comercial, pero su pasión por los deportes lo llevó a convertirse en el primer ecuatoriano en practicar la actividad más extrema del mundo, el salto BASE (Building, Antenna, Span, Earth). El ecuatoriano de 32 años se arroja desde montañas, aviones, edificios...
Los saltos desde alturas de 150 m se han convertido en su pasión. Se califica como un hombre sin miedo y temerario.