El mortiño es un fruto silvestre que se cosecha entre los meses de octubre y noviembre, cuando se convierte en el ingrediente principal de la colada morada, típica en el Día de los Difuntos.
Las frutas se cuelan en las recetas de panes artesanales. No solo se encuentran dentro de la preparación, sino que también son parte de la decoración. Los toques frutales se suman a los menús por dos motivos. Xavier Echeverría, propietario de La Fábrica Panadería y Pastelería Boutique, ve a este movimiento como una tendencia que se ha cimentado en Europa, donde se aprovechan las frutas de temporada. En Ecuador se utilizan, en cambio, productos locales.
Para incentivar el consumo del mortiño en otros ámbitos gastronómicos, el chef Carlos Gallardo y su equipo del Centro de Investigación Innovación y Promoción de la Gastronomía Ecuatoriana de la Universidad de las Américas (CIGE) lanzaron el libro ‘Mortiño: La perla de los Andes’. El texto recoge el trabajo de la comunidad de Quinticusig y ofrece 14 preparaciones en base a este fruto.
En el Museo de la Ciudad, la noche de ayer (miércoles, 21 de octubre), se llevó a cabo el evento de reconocimiento oficial a los 18 establecimientos que preservan la tradición de elaborar la colada morada y las guaguas de pan.
Enfermedades como la diabetes tipo II, infecciones de vías urinarias y la leishmaniasis han captado la atención de los investigadores ecuatorianos.
El babaco, el mortiño y la frutilla son los productos que más han subido de precio en esta última semana.