Delincuentes, abusadores sexuales, abogados y otros defensores de sentenciados cuestionan la labor de la Fiscal General.
Es hora de decir basta a estos funcionarios abusivos que se burlan del país.
Piensen primero en recuperar la Asamblea, que es necesaria en democracia para los pesos y contrapesos de poderes.
Debieron tramitar y aprobar por lo menos reformas legales para enfrentar la profunda crisis que sufre el sistema del seguro social.
Estos asambleístas merecen irse a su casa y otros a la cárcel por todo lo que han hecho o dejaron de hacer.
Los hechos que no se informan, no se visibilizan y en la práctica no existen para los ciudadanos.
Cómo se ha deteriorado la política que tanto dijeron que cambiaban con la llegada de la revolución ciudadana.
¿Dónde está la academia, las élites y todos los sectores sensatos?
El Estado no puede seguir perdiendo el control y dejar que la otrora isla de paz se transforme en infierno de violencia.
Todos debieran contribuir en esta hora de incertidumbre y de terror por la violencia que dejan saldos lamentables.
Los políticos y las funciones del Estado no contribuyen a la solución de los problemas.
La Corte Constitucional pudiera ser señalada la responsable del caos que pudiera venir.
El odio y ambiciones que guardan dirigentes políticos, no pueden seguir poniendo en juego la paz del país.
Es hora de la resistencia democrática y decir basta de permitir más daños que se han irrogado en nombre de demandas sociales.
Cuando los pueblos se preocupan, se quitan las vendas de los ojos, a veces resulta demasiado tarde.
El volcán Cotopaxi obliga a una acción permanente, del régimen central y los gobiernos locales.
El país debe abrir los ojos tras los resultados de las recientes elecciones y la negativa a las preguntas de la consulta popular.
Incertidumbre con las nuevas autoridades y las amenazas permanentes de los dirigentes radicales del sector indígena,
No se puede desperdiciar el voto ni sufragar atrapados por la demagogia.
El país no debiera olvidar los hechos protagonizados por quienes hicieron tanto daño.