Miguel Rivadeneira Vallejo

Dejen en paz al país

El odio, las frustraciones, ambiciones y el resentimiento que guardan dirigentes políticos (aquí y en el exterior) y extremistas de organizaciones gremiales no pueden seguir poniendo en juego la paz del país. Viven de amenazas permanentes cuando es hora de pensar responsablemente en los problemas de la mayoría, en la unidad sobre temas fundamentales que no debieran generar oposición: seguridad ciudadana, salud, educación, seguridad social, empleo. 

Por esas actitudes, la gente está harta de estas malas prácticas políticas y se limita a cumplir con el voto obligatorio pero se desentiende de los problemas, lo cual tampoco está bien porque democracia no solo son elecciones. Eso facilita que estos dirigentes hagan lo que les viene en gana, en nombre del pueblo, pretendiendo alterar el orden y la paz interna.

Ya mucho se han burlado y no contentos con eso siguen buscando cómo desbaratar el país con amenazas que lanzan irresponsablemente de juicios políticos, movilizaciones y levantamientos, cuando la mayoría desea que le solucionen sus problemas, que le generen certidumbre y que no le bloqueen sus actividades diarias.

La Asamblea es un reflejo de eso. La gran mayoría (104 votos) hace poco hizo el ridículo al aprobar un informe vergonzoso, hasta con afirmaciones y tuits falsos, que resolviera plantear el enjuiciamiento político del Presidente, con acusaciones sin el debido sustento ni el fundamento constitucional. Por eso respetables y prestantes juristas y constitucionalistas destrozaron el informe, lo calificaron de una barbaridad, una mamarrachada y hasta señalaron a los asambleístas (algunos de ellos que dicen ser abogados) de ser unos analfabetos. 

A tal punto llega esta payasada que entre ellos mismo existen legisladores que acusaron a los proponentes del documento de “haberles hecho perder el tiempo 40 días”, con un informe calificado de “patojo” y sin embargo estos supuestos ingenuos, que hoy se quejan para tratar de salvar el bulto, votaron a favor de ese informe. El país no se merece esto!

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