Todos recordamos el famoso koan budista (problema que el maestro plantea al alumno para que lo resuelva sin utilizar fórmulas típicas del razonamiento común), “Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún sonido?” Propongo utilizarlo en política y luego particularmente en la de Moreno.
Yo estoy convencido que el mundo necesita izquierda, no poca, una buena dosis permanente de izquierda. No se puede dejar que los mercados y el capital hagan lo que les dé la gana; so pena de que se cueza otra crisis mundial como la financiera-económica del 2008 iniciada con la caída del banco Lehman Brothers. Los Estados deben intervenir priorizando otros valores – como la justicia económica, la estabilidad, la preservación del medio ambiente, la dignidad de las clases desfavorecidas… – sobre la simple generación desenfrenada de riqueza.
El caso de Bonil… de tercer mundo; pronunciado sílaba por sílaba, ter-cer mun-do, o es algo propio del siglo XVIII. De paso ¿por qué no hace la Supercom una lista de libros prohibidos? Un libro de la lista de best sellers del New York Times, “New Rules”, del comentarista y cómico político Bill Maher, bromea sobre las pocas probabilidades de que un joven afroamericano sea Presidente de una multinacional y como las partes íntimas de Janet Jackson “hieren ojitos cristianos”. ¡A prohibir Supercom!
El mundo suavemente cambia (“suavemente”, esto ha ocurrido de manera mucho más repentina de lo esperado), deja el orden unipolar –con EE.UU. como la única gran superpotencia– y entra en uno multipolar. El Banco Mundial estima que este año China puede destronar a EE.UU. como primera potencia, si se ajusta su PIB a la paridad del poder de compra (eliminando el impacto del tipo de cambio).
Juan Esteban Guarderas Columnista invitado