Las mesas de noche son elementos esenciales en la decoración de la habitación de hoy.
Los dormitorios se optimizan proporcionando funcionalidad y orden a lugares reducidos. Para lograr eso, los clósets o armarios empotrados son la solución más socorrida y de mayor desarrollo tecnológico.
Un espacio grande y estético. Esos son dos requerimientos para el dormitorio máster. Esa habitación puede tener 20 m² o más para ubicar una amplia cama de tres o más plazas, un sofá, un televisor LCD… La ropa se guarda en un cambiador ubicado en un cuarto contiguo y el baño es grande y tiene un estilo impactante.
Los niños de hoy son verdaderos Harry Potter. Solo que en vez de escobas voladoras y varitas mágicas usan fórmulas y encantamientos nacidos de la cibernética, la informática y la realidad virtual: el PC, la televisión, el discman, el joy sticks, el Nintendo Wii o el PlayStation 3. Y, cómo no, la Internet, que es la principal autopista de la generación XXI. El tiempo cuando los pequeños jugaban a las bolas, los trompos y al monopolio se fue hace rato. Y los dormitorios, que solamente eran los espacios donde los incansables recuperaban la energía perdida, ya forman parte del registro histórico. Hoy esas habitaciones, programadas antiguamente solo para dormir, son unos verdaderos micromundos. Unos nanouniversos donde el muchacho no solo duerme o juega ocasionalmente; sino estudia, interactúa, descansa, investiga, aprende, emprende y navega. Crea y se recrea. Esas nuevas aristas de las actividades infantiles y el achicamiento progresivo de las albobas, producto directo de la reducción de l