En ocho años, la familia del policía Froilán Jiménez vio cómo las promesas que recibió nunca se concretaron.
El fiscal Fabián Salazar imputó por supuesta ejecución extrajudicial a los militares Wilson Nájera y Vicente Reyna investigados por la muerte de Froilán Jiménez, policía abatido durante la revuelta del 30 de septiembre del 2010.
Los miembros del Ejército Vicente Nájera, Gilmar Acurio, Luis Dávila y Wilson Reina acudieron la mañana de este martes 4 de septiembre del 2018 a la Fiscalía de Pichincha para entregar su versión sobre el homicidio del policía Froilán Jiménez.
El fiscal General, Carlos Baca Mancheno, habló con EL COMERCIO sobre varios temas. En particular sobre el juicio al vicepresidente Glas, mencionó que no ha existido ninguna injerencia política de la Fiscalía en la sentencia. Además, dijo que continua en cooperación fiscal con Suiza y con Panamá para recabar nueva información y fortalecer la investigación con el rastro del dinero.
Esta tarde se desarrolló la eucaristía religiosa en honor de Efrén Calderón y Froilán Jiménez, policías fallecidos el 30 de septiembre del año anterior, en la revuelta policial. La conmemoración religiosa inició a las 18:30 en presencia de los padres de Calderón y la hermana de Jiménez, en la iglesia evangélica luterana, ubicada en el norte de Quito. Lidia Landeta, madre de Efrén Calderón, aseguró que su hijo no fue asesinado en un cruce de balas como dicen las versiones oficiales. Según Landeta, su hijo no plegó a la protesta policial y permaneció en el Regimiento Quito dos, en el centro de la capital. En la noche habría salido con otros uniformados a patrullar en el sector de la Marín y se encontraron con un camión del Ejército que supuestamente arremetió contra Calderón y dos gendarmes que lo acompañaban. Producto del incidente Efrén falleció. La madre de Efrén, el último de cuatro hijos, confesó que los testigos clave del hecho, también policías, no han declarado debido a prohibici
Esta mañana varios actos emotivos se dieron en el lugar donde cayó el policía del Grupo de Intervención y Rescate (GIR), Froilán Jiménez, el 30 de septiembre del 2010.
De pie, con fusil en mano y camuflaje gris, la figura de Froilán Jiménez resalta en un mural. El uniformado es uno de los cinco fallecidos durante la rebelión policial que desembocó en tiroteo el 30 de septiembre del 2010. Sus compañeros lo consideran héroe. Esa noche, él y otros cinco miembros del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) brindaron custodia al vehículo en el cual se transportó al presidente Rafael Correa, luego de que este permaneciera 10 horas en el Hospital de la Policía (norte de Quito). Cuando avanzaba protegiendo la parte izquierda del automotor, el cabo primero, de 28 años y oriundo de Loja, recibió un impacto de bala en su pecho y se desplomó entre el fuego cruzado. Flor Granda, madre de Froilán, recuerda lo que le dijo el presidente Correa luego de la muerte de su hijo: “No los voy abandonar”. Ahora, desde su vivienda sencilla en San Antonio de las Aradas, en el sur de Loja, la mujer enfatiza: “Me duele muchísimo que él dice les he apoyado, pero no es así. Señor G
La placa negra de mármol, sobre el parterre de la avenida Mariana de Jesús, evoca a Froilán Jiménez, del Grupo de Intervención y Rescate (GIR). Su muerte, durante el operativo armado para rescatar al presidente de la República, Rafael Correa, la noche del 30 de septiembre del 2010, continúa en la impunidad. Ese día, él fue un escudo humano del Jefe de Estado, quien fue sacado del Hospital de la Policía en un vehículo que no era blindado, en medio de una intensa balacera. Jiménez recibió en el pecho el impacto de una bala de fusil. Ha pasado un año y la Fiscalía no ha avanzado en las investigaciones; el caso se maneja como reservado. En junio ultimo, la madre de Jiménez, Flor Granda, viajó desde Loja a Quito para revisar el informe que detalla el caso. Al leerlo, se enteró de que, según el informe de autopsia, supuestamente una bala militar acabó con la vida de su hijo. "No soy yo la que digo, sino quienes hicieron la autopsia", manifestó. El orificio de entrada de la bala en el cadáver
Esperó más de media hora para intervenir en rueda de prensa. En apenas 10 minutos, Sandra Jiménez Granda se ubicó frente a los periodistas, acompañada por su madre Flor y por Janeth Orbe, esposa del coronel César Carrión. En ese momento se desahogó.