Vacío forense en muerte de Froilán

La reconstrucción, el 5 de octubre.  Agentes del GIR custodian el vehículo 4x4 en el que salió el presidente Correa del Hospital de la Policía.

La reconstrucción, el 5 de octubre. Agentes del GIR custodian el vehículo 4x4 en el que salió el presidente Correa del Hospital de la Policía.

La placa negra de mármol, sobre el parterre de la avenida Mariana de Jesús, evoca a Froilán Jiménez, del Grupo de Intervención y Rescate (GIR). Su muerte, durante el operativo armado para rescatar al presidente de la República, Rafael Correa, la noche del 30 de septiembre del 2010, continúa en la impunidad.

Ese día, él fue un escudo humano del Jefe de Estado, quien fue sacado del Hospital de la Policía en un vehículo que no era blindado, en medio de una intensa balacera. Jiménez recibió en el pecho el impacto de una bala de fusil.

Ha pasado un año y la Fiscalía no ha avanzado en las investigaciones; el caso se maneja como reservado. En junio ultimo, la madre de Jiménez, Flor Granda, viajó desde Loja a Quito para revisar el informe que detalla el caso.

Al leerlo, se enteró de que, según el informe de autopsia, supuestamente una bala militar acabó con la vida de su hijo. "No soy yo la que digo, sino quienes hicieron la autopsia", manifestó.

El orificio de entrada de la bala en el cadáver de Jiménez es compatible con una munición de fusil M-16, de 5,56 mm. Ese tipo de armas se encuentra en la dotación del Grupo de Fuerzas Especiales del Ejército (boinas rojas). Esta unidad de élite intervino en el rescate del Primer Mandatario.

El fusil M-16 también es el arma de asalto del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía (GOE), cuyo cuartel se encuentra junto al Regimiento Quito 1, al sur del Hospital de la Policía.

Las pruebas forenses para determinar de qué arma provino la bala que segó la vida de Jiménez no son concisas.Una muestra de aquello es que en
el sistema IBIS, de la desaparecida Unidad Técnica de Control de Armas (UTCA), no están registradas las armas de dotación de las FF.AA.

Cada arma de fuego deja una huella única en las balas percutidas. El sistema IBIS es una base de datos que codifica las características del armamento legal, con el patrón específico que queda en una bala disparada y el nombre del responsable del arma.

En el IBIS hay información de 23 211 armas de la Policía (No constan fusiles). Ningún arma de las FF.AA. ha ingresado al registro. Esa base de datos permite a Criminalística ubicar, a partir de una bala hallada en un cadáver o en una escena del crimen, el arma homicida.

Un agente de Criminalística precisa que no se podrá determinar quién mató a Jiménez si el arma no consta en el sistema IBIS. "Una pistola con la que se cometieron varios crímenes puede ser identificada porque aparece en el sistema debido al cotejamiento de los proyectiles", dice.

Pero no solo se requiere el arma en el sistema, sino también la bala asesina. Según la autopsia de Jiménez, a la que este Diario accedió (ver infografía), en el cuerpo del policía del GIR se halló un orificio de salida de la bala más grande que el de entrada. En el cadáver no se encontraron balas.

Según agentes de la Policía, en la investigación se adjuntaron restos de un proyectil, posiblemente obtenido del traje y protección de Jiménez. Pero ¿cuál fue la cadena de custodia que siguió esa evidencia? Jiménez ingresó la noche del 30-S a Emergencia del Hospital de la Policía. En el lugar, además de médicos, solo había uniformados. ¿Qué fiscal constató la muerte? ¿Intervino Criminalística?

Para Patricio Armijos, abogado de 47 uniformados que fueron procesados por supuesta rebelión durante el 30-S, existen vacíos en las investigaciones de la Fiscalía.

A su juicio, la limpieza que se realizó horas después de la revuelta en las afueras del Hospital de la Policía y del Regimiento Quito 1 dañó las investigaciones.

"En ese momento se borraron todas las evidencias con las que el Gobierno pudo haber sustentado su teoría de que se trató de un golpe de Estado. Nunca se debió permitir aquello. La persona que autorizó la limpieza del lugar incluso debería ser procesada".

El concejal Eddy Sánchez, vocal principal de la Empresa Metropolitana de Seguridad, asegura que la limpieza de los exteriores del Hospital, luego de la revuelta policial, no es impedimento para continuar las investigaciones.

El artículo 212 del Código de Procedimiento Penal señala que "las armas u otros instrumentos con que se hubiese cometido el delito, así como los objetos y valores que provengan de su ejecución, serán ocupados por la Policía y puestos a disposición del Fiscal, mediante un inventario. La Policía extenderá el correspondiente recibo de las armas, instrumentos, bienes o valores materia de la incautación".

Armijos asegura que ese artículo no se ha cumplido. "Se han obtenido muy pocos indicios. Se sabe que hubo disparos, pero se desconoce la institución a la que pertenecen esas armas o balas. Eso no se ha establecido".

El informe realizado por el fiscal Luis Enríquez Villacrés, de la Unidad de Delitos contra la Administración Pública, no muestra que se hayan levantado indicios en las afueras del Hospital, en la avenida Mariana de Jesús. El documento solo refiere que en las paredes exteriores e interiores de la casa de salud había agujeros de proyectiles. Eso también se verificó en los techos, ventanas y en los accesos al centro de salud.

Los agentes del Departamento de Inspección Ocular Técnica (IOT) de Criminalística recogieron en las puertas del Hospital 17 casquillos de bala. Cinco de 2,23 (5,56) y 12 de nueve milímetros.

En una puerta negra del Hospital se hallaron tres fracciones de granada lacrimógena y espoleta. A eso se sumó una posta de goma. En el ingreso del Regimiento Quito 1, se hallaron siete casquillos de 2,23 (5,56 mm) y cinco de nueve milímetros.
También se localizaron siete vainas en puertas externas, así como una fracción de contenedor de granada de gas lacrimógeno y un envase de gaseador portátil.

La madre de Froilán Jiménez demanda justicia. Para esclarecer los hechos ha solicitado la lista del personal militar que intervino en el operativo del 30-S.

Las víctimas del 30-S

En Guayaquil se registraron 28 heridos y cinco fallecidos. También hubo saqueos en diferentes locales comerciales, en varios puntos de la urbe. No hubo policías fallecidos. Ellos murieron por la violencia suscitada durante actos delincuenciales. Las personas heridas fueron atendidos en los hospitales Gilbert Pontón y Universitario.

Tras la revuelta, el Ministerio de Salud Pública reportó 200 heridos y tres fallecidos en la capital. De las tres víctimas mortales, dos fueron policías y uno fue un estudiante universitario. Ellos murieron por impactos de balas.En otras provincias se reportaron 46 heridos. No se presentaron muertos.

En la capital, los heridos y fallecidos fueron atendidos en diferentes casas de salud: Enrique Garcés, Pablo Arturo Suárez, Eugenio Espejo, Hospital de la Policía Quito 1, Baca Ortiz, Carlos Andrade Marín, Militar (dos soldados murieron allí), Clínica Internacional, Clínica Villa Flora y Hospital Metropolitano.

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