La campaña electoral está en marcha y el 23 de febrero los ciudadanos irán a las urnas. Ese mismo día se anunciarán los resultados extraoficiales y pronto se posesionarán los ungidos. A esas alturas se ratificará en los altavoces una realidad muy interesante. “Señoras y señores: chao elecciones hasta el 2017”. Ese año los ecuatorianos volverán a las urnas para elegir al nuevo -¿o no?- Presidente de la República. Interesante. Vienen tres años y varios meses de tregua electoral. Con el Jefe Rafael en su apogeo. Rodeado de mayorías propias, buscando el triunfo total.
En Guayaquil está la nota clave. El Cachorro -con 12 años en la Alcaldía- vivió largos días de meditación. Por lo menos de silencio, hasta que tomó una de las decisiones importantes de su vida. “Me lanzo”, anunció, configurando el panorama. Con 67 años sobre los hombros, tres alcaldías porteñas bien llevadas, cachorro del León (Febres Cordero), dispuesto -como tal- a la pelea, adversario del poderoso Jefe Rafael. Jugándose la última carta frente a una joven de 30 abriles, de buena pinta y fácil palabra, asambleísta a los 25, luego gobernadora y hoy -con total apoyo presidencial e intensivo entrenamiento- dispuesta a llegar la Alcaldía y alegrar a su Jefe con una hazaña. Qué nota.
En el panorama total, Correa tiene seguros los votos y las mayorías. Fabricó un andamiaje completo, con una anunciada “campaña total” que ya lleva más de 7 años. Día a día, todo se fue uniendo para marcar los pasos de su rumbo triunfal. Con su aporte personal, con una maquinaria partidista y estatal completa, con una veintena de medios y el peso de todos los poderes, con el anhelo de no perder ni una sola elección y menos aún la clave. Con la circunstancia, por añadidura, de que los partidos y movimientos ubicados en la oposición se fueron debilitando y nunca se unieron.
Está surgiendo la versión de que en el Ecuador se va configurando la idea del “partido único”, aunque Alianza País sigue siendo un “movimiento”, igual que otras agrupaciones. Un tema que provoca inquietud y preguntas, más aún si se rememora que el PRI (Partido Revolucionario Institucionalista) mexicano gobernó 90 años y no dejó buenos recuerdos. Actualmente se puede hablar de partidos únicos en Cuba y Corea del Norte, desde hace más de medio siglo. En el Ecuador hay diferencias. Entre otras cosas, legalmente están aceptados varios partidos y movimientos. Además, lo que menos le convendría al país es un modelo cubano o norcoreano, con un Gobierno perpetuo y sin un sector privado que juega, guste o no, un papel positivo e importante. Es algo que no se ha tratado en nuestro país, en buena hora, pese a la amistad con la isla. Al respecto, sería interesante que el Gobierno acepte la sugerencia del movimiento Creo para formar parte -representando a la oposición- de la delegación ecuatoriana que intervendrá en el diálogo con la Unión Europea, próximo a iniciarse. Creo tuvo una buena actuación en su debut y es un movimiento de la derecha moderada. Su presencia sería u n buen gesto, sin duda.