Gran cantidad de declaraciones de buenas intenciones pero nada para celebrar dejó la IV Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil, que se realizó en la capital de Argentina, con la presencia de cerca de 2000 delegados de 190 países.
La disminución del trabajo infantil avanza a paso demasiado lento, en medio de un crecimiento sin precedentes de la migración y los desplazamientos forzosos que empeora la situación, reconocieron representantes de gobiernos, trabajadores y empleadores en la Declaración Final de Buenos Aires.
El documento, con el que concluyó el jueves 16 el encuentro de tres días, dejó la admisión de que, a menos que algo cambie, los objetivos en la materia fijados por la comunidad internacional, no van a cumplirse.
En consecuencia, existe una “necesidad apremiante de acelerar los esfuerzos encaminados a poner fin al trabajo infantil en todas sus formas de aquí a 2025”.
En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se determinó en la meta siete del octavo de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el que promueve el trabajo decente, que para 2025 debe quedar erradicado el trabajo infantil en todas sus formas.
“Por primera vez se reconoció que la agricultura concentra en el mundo la mayor parte del trabajo infantil y que está creciendo”, dijo Bernd Seiffert, especialista en Empleo Rural de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“Mientras la cifra de niños y niñas afectados en general bajó de 168 millones en 2013 a 152 millones hoy, en el sector agrícola el número aumentó: de 98 millones a 108 millones”.
Seiffert planteó que “hemos escuchado en esta Conferencia hablar mucho del rol del trabajo infantil en las cadenas globales de suministro. Sin embargo, la mayor parte de los niños y niñas aportan a la producción de alimentos que se consumen en los mercados”.
El Premio Nobel de la Paz 2014, Kaylaz Satyarthi, galardonado por su labor en su país, India, en defensa de los derechos infantiles, y en particular por su combate al trabajo forzado, del que ha liberado miles de niños y niñas, dijo que los niños son utilizados porque son la fuerza de trabajo más barata. Pero yo pregunto cuánto tiempo más vamos a seguir viniendo a estas conferencias para repetir las mismas cosas. La próxima reunión debe realizarse sólo si es para celebrar los logros”.
Para Junko Sasaki, directora de la División de Políticas Sociales e Instituciones Rurales de la FAO, “el aumento del trabajo infantil en el campo tiene que ver con la informalidad. La mayor parte de los niños trabajan en la agricultura familiar, sin sueldo, en lugares donde no llega la presencia estatal.
Asimismo, cientos de miles de niños trabajadores se quedan sin educación formal cada año en distintas partes del mundo.