Trabajadores expulsados del paraíso por obra de una serpiente y dos boas.
La Compañía Oleoducto de Crudos Pesados Ecuador S.A. (OCPE) presentó valores errados en sus declaraciones del impuesto a la renta para el ejercicio de los años 2005 y 2006, intentando perjudicar a sus trabajadores y al Estado. Declaró utilidades de 8’018.688, 72 en el 2005, y 000 como el 15 % de sus trabajadores; pero el Servicio de Rentas Internas, luego del análisis de lo presentado por OCPE determinó que las utilidades habían sido 100’644.653,39 con un ocultamiento de 92’625.964, 67, y por tanto el 15% de participación de los trabajadores era 15’096.698,01. Y para 2016, OCPE declaró 0.00 de utilidades cuando en realidad habían sido 85’329.212,78 por lo que el 15% de participación a sus trabajadores era 12’799.381, 92.
La OCPE impugnó en el ámbito administrativo. SRI se ratificó. OCPE acudió al ámbito judicial y perdió en todas las instancias. La Corte Nacional rechazó un recurso de casación por ambos casos (2005 y 2006), dejando en firme las resoluciones administrativas; pero la compañía acudió al ámbito constitucional, cosa que no compete a la Corte Constitucional, la que rechazó tal ilegalidad y dispuso el archivo de las causas. Así que la Compañía OCPE debía pagar.
Aquí, nos referiremos a la serpiente de la OCPE y a cómo con sus repetidos mordiscos iba envenenando la ley del bien de sus trabajadores; y de qué manera el bien de estos se imponía al mal de la codicia, avara, y cruel de la serpiente ocepina. También veremos cómo un director de Recursos y Sumarios Administrativos, abogado-delegado del señor ministro de Trabajo cumple con la ley del bien y emite la orden de pago de las mencionadas utilidades de los trabajadores de OCPE. Súbitamente, dos boas constrictoras gordas y musculosas escondidas en los árboles más altos de la burocracia constriñen y asfixian al abogado hasta que cambie de parecer y anule lo dispuesto, y los trabajadores quedan chirisiquis, culifríos hasta estos días de pobreza helada y de pandemia. ¡Ay, mamita, pobre mi papito que hasta ahora huele a crudo pesado de la culebrera OCPE!
OCPE hizo trucos muy corruptos y logró que la directora Regional del Trabajo y Servicio Público de Quito solicitara al director de Recursos y Sumarios Administrativos, abogado-delegado del señor ministro de Trabajo, declarar nula la orden de pago. Este negó la petición de nulidad. Entonces se nombró una nueva directora Regional del Trabajo y Servicio Público de Quito, quien insistió al abogado- delegado mencionado anular todo. Este cambió de parecer y triunfaron la serpiente y las dos boas utilizando una ley del año 2018 para un caso del 2005.
Desacato, demora injustificada, concesión de plazos por fuera de la ley, prevaricato. Por acciones como estas, florece el narco tráfico. Señor Guillermo Lasso con una orden suya se hará justicia a lo narrado, pero no se tardará nueve meses.