anegrete@elcomercio.org
No es fácil, pero si se puede; el ovillo es enredado, pero puede desatarse. El embrollo está compuesto de Arroz Verde y otros ingredientes. Para la tarea en el campo político hay que reconocer que las campañas electorales mayores lo integran tres elementos: los candidatos, los intermediarios -amigos, “profesionales” o expertos por la vida- y las fuentes interesadas más que en los triunfos, en los contratos o conexiones posteriores; además, ninguna de las personas que participan son sordos ni sufren de Alzheimer, Obviamente, donde la institucionalidad de control es más débil y la oposición política no juega al medio día por insolación, el apetito se alienta y los interesados se sueltan con voracidad tras la presa.
Las denuncias sobre el alimento verde que se han conocido obligan en principio, antes de lo fiscal y judicial, a una decisión política de sanidad y transparencia. Debe partir de la frontalidad los candidatos triunfadores. Luego, por la identificación visible de los intermediarios de campaña que suelen ser partes del nuevo régimen y, finalmente, de la comprobación de las pródigas fuentes de los recursos. Presuntamente estamos frente a un delito colusorio: donantes, lobistas y triunfadores, contra un pueblo que votó ingenuamente sin saber que lo hacía por una madeja donde están mezclados el dinero, los votos y los contratos de obras públicas.
El primer mandatario ha dado muestra de singular valentía al eliminar enormes fardos del pasado y efectuar rectificaciones indispensables. Así sucedió con el reencuentro estratégico militar con EE.UU.; separarse del criminal gobierno venezolano, y convocar a una consulta popular que en gran parte desarmó los tentáculos del régimen anterior
En consecuencia, el Presidente debe un mensaje especial a la nación sobre la trama financiera de la campaña que lo llevó al poder. Debe públicamente pedir a la Contraloría General exámenes especiales de los valores y justificación de donantes, judicializar a los intermediarios y verificar los contratos de obras públicas de evidente vinculación en este contexto de alta costura. Cae por su peso que no debe existir ningún funcionario o asesor relacionado con la conjura financiera en su administración, pues el riesgo de complicidad sería grande. En último término, adelantarse de persistir o ampliarse el caso por delación de nuevos hechos. De ser así, debe pedir a su bancada su juzgamiento político. Debe aprovechar que no hay ningún opositor, que parecen cómplices o encubridores de los crímenes que se cometieron en aquel quirófano de recolección y reparto de fondos ubicado en un inmueble del norte quiteño.
Es necesario que acepte que todo está en sus manos no en la de los sucesores del 2021, pues hasta el momento, ante las espeluznantes noticias y denuncias diarias, estos demuestran que en el futuro serán cuidadosos y los datos ya no se apuntaran en los cuadernos de doña Pamela que imitó a los de doña Cristina.