Las condiciones para el ejercicio periodístico en Venezuela se han precipitado hasta las detenciones y la deportación de estos días.
El Régimen tiránico de Nicolás Maduro volvió a cargar la mano contra los periodistas de distintos países que estaban cubriendo las noticias de estas duras jornadas que vive y sufre el pueblo venezolano.
Las fuerzas de seguridad del chavismo ahora culpan al mensajero y quieren cortarle las alas y se ensañan con los periodísticas de todo el mundo que solo hacen su trabajo en medio de muchas dificultades y riesgo extremo. Hay 11 detenidos estos días.
Tres periodistas de Agencia EFE fueron detenidos cuando cubrían información en las inmediaciones de una manifestación del Presidente interino en las calles de Caracas. El motorista venezolano que acompañaba a uno de los periodistas no aparece.
Los dos colombianos y el español serán deportados a Bogotá, como hace dos días fueron enviados a París, dos periodistas de la cadena francesa TCM. Ellos estaban en las cercanías del Palacio de Miraflores que ocupa Maduro y su guardia pretoriana. Periodistas de la Televisión Nacional chilena están detenidos en el palacio presidencial.
Para todos, los casos los gobiernos de los países de donde son oriundos los comunicadores o las empresas para las que colaboran, y hasta la Unión Europea, han participado su malestar por un Régimen ha usado sistemáticamente la fuerza contra los ciudadanos. No en vano en una semana hay más de 30 muertos y casi mil detenidos en las protestas populares fuertemente reprimidas. La situación es cada vez más tensa. Está de por medio una democracia que sucumbió hace rato ante las veleidades de la revolución bolivariana.
Luego de la proclamación de Guaidó y la negativa a dejar el poder de Maduro, las grandes potencias muestran el peso de sus intereses, más fuertes que sus convicciones. Estados Unidos apoya a Guaidó, el Parlamento Europeo y varios países del ‘Viejo Mundo’ piden elecciones libres. Rusia, China y Turquía respaldan al tirano.
El oro negro y las gigantes reservas parecen ser razones más poderosas que la libertad y la democracia. Pragmáticos.
En América el grupo de Lima, más Ecuador reconocen a Guaidó. Tibiamente los mandatarios de México y Uruguay buscan un diálogo, acaso extemporáneo, que han silenciado la tortura y los disparos del poder. De los mandatarios de Nicaragua y Bolivia no se podía sino esperar el respaldo a Maduro, fieles a su discurso y sus acciones poco democráticas en política interna y en el frente externo. De Cuba, parásito de Venezuela, no cabía esperar algo distinto.
Hugo Chávez persiguió a periodistas, cerró canales y atentó abiertamente contra la libre expresión. Construyó su caudillismo callando la voz de periodistas y medios, como todos los de su calaña. Su gigante discípulo, ínfima sombra del comandante, aporrea reporteros y busca tapar el sol con un dedo. Muñeco de ventrílocuo de un pajarito que perdió la cordura como una lora.