“(Por el art. 117 de la Constitución) la necesaria reforma al sistema electoral y de partidos se aplaza para el proceso electoral del 2025”.
Se ha iniciado el denominado «periodo» electoral y contencioso electoral, decidido por el CNE. Comprende el desarrollo de todas las actividades que se incluyen en las etapas pre electoral, electoral «propiamente dicha» y post electoral. Esta resolución obedece a la octava Disposición General de la Ley Orgánica de Organizaciones Políticas de la República del Ecuador Código de la Democracia (CD). Cuerpo legal dilatado y pesado, lleno de detalles reglamentarios, invasivo e idílico, no libre de ciertas trampas. Las elecciones serán el 5 de febrero del próximo año, y se elegirán alcaldes, prefectos, concejales, miembros de las juntas parroquiales.
También se escogerán a los vocales del desacreditado Cpccs, invento del socialismo del siglo XXI, pensado para ejercer el poder hegemónico. Parte del indeseado legado de la década absolutista. Si se quiere sanear la democracia, este ente debería desaparecer. Pero sabemos que es complicado. El modelo autoritario erigió su propia fortificación sellada e inamovible. Si bien es necesario que desaparezca tal órgano, la propia Corte Constitucional ha dictaminado, que su eliminación implicaría modificar la estructura del Estado, por lo que el procedimiento corresponde a la reforma parcial como lo fija el artículo 442 de la constitución correísta.
El artículo 117 de la Carta Política dice: “Se prohíbe realizar reformas legales en materia electoral durante el año anterior a la celebración de elecciones”. Esta veda se insiste en el CD. Entonces, la necesaria reforma al sistema electoral y de partidos, que haga posible regenerar algunas instituciones degeneradas, se aplaza para el proceso electoral del 2025. Una iniciativa en serio, que acoja las propuestas más relevantes y útiles debería ser asumida y liderada por el presidente de la República, para que el próximo gobierno cuente con mejores condiciones de gobernabilidad, y no se le condene a la agonía de sobrevivir en el salvaje bloqueo.