La visita oficial del Presidente a Francia abordó múltiples facetas. Las relaciones tradicionales del Ecuador con Francia, el país cuna de libertades y derechos humanos, son importantes. Rafael Correa estableció contactos políticos a alto nivel con autoridades y el presidente Francois Hollande. Francia es un país clave en la Unión Europea. Ecuador está interesado en un acuerdo de comercio con el primer mercado mundial y en esa línea esta debió ser una oportunidad para facilitar ese camino. En Bruselas se alcanzó un primer resultado al extender un año las ventajas para los productos ecuatorianos (SGP Plus).
La cita con el Consejo Empresarial puede despertar interés para invertir en el Ecuador, pero habrá que generar condiciones de seguridad jurídica para las empresas que buscan protección a sus inversiones.
En lo académico, la conferencia del Presidente en un amplio foro en la Universidad de la Sorbona concitó interés, especialmente por las punzantes referencias a la crisis europea. En la Unesco se escuchó la voz presidencial hablando de los logros sociales y el caso Chevron.
Es notable otro aspecto: la cooperación científica y tecnológica. Francia es gran potencia y Ecuador intenta armar un esquema de proyectos académicos enfilado hacia ese horizonte. En esa medida los compromisos y futuros acuerdos de enseñanza y asesoría pueden y deben tener continuidad. La de Francia fue una visita con proyección.