Las organizaciones sociales y sindicales, y asociaciones de productores, como los del banano, alistan para hoy una jornada de protesta. Las leyes ecuatorianas garantizan este derecho, que debe aplicarse en el marco de la responsabilidad de quienes lo ejercen.
Las organizaciones que participan de esta movilización, que han proyectado como indefinida, tienen sus argumentos ante la situación económica de país. La Conaie y la Ecuarunari afirman que siempre tuvieron la voluntad de diálogo con el gobierno del presidente Guillermo Lasso, sin embargo -sostienen- no ha escuchado ni atendido las 10 demandas presentadas, entre ellas el precio del combustible, a pesar de que los de mayor consumo se encuentran congelados.
Sin embargo, incluso si se considera que son demandas justas, en Quito hay el recuerdo de mal momento vivido durante la protesta de octubre de 2019. Para la mayoría de las personas que viven en la capital, la ciudad fue asediada y destruida. Además, el derecho de la movilidad de quienes no se habían sumado se vio afectado y debieron encerrarse en sus casas.
El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, anunció que no permitirá que episodios como los de 2019 se repitan y que ya hay acciones coordinadas con el Gobierno para cuidar de la ciudad.
Todo paro trae consigo grandes afectaciones a la economía, que ahora más que nunca requiere de su recuperación luego de dos años difíciles por la pandemia del covid-19. La señales alicientes respecto de lo económico no pueden ser consideradas aún óptimas, porque aún falta por llegar a las cifras de la prepandemia, que ya eran un poco adversas antes de la crisis sanitaria.
Este será una prueba política para el Gobierno, pero también para las organizaciones que convocan a la movilización y su capacidad de convocatoria. Lo importante siempre será garantizar el orden y la seguridad de la ciudadanía, no vulnerar los derechos de las personas que participan de la protesta pero también de aquellas que no adhieren a ella. El respeto al otro, a la diferencia y la institucionalidad es esencial para una democracia fuerte.