Una política de Estado fue puesta de manifiesto en las primeras horas, tras la posesión de Guillermo Lasso. El país ve al narcotráfico como una seria amenaza a su supervivencia.
La primera cita de altas autoridades el mismo 24 de mayo, en el Palacio de Carondelet, fue un mensaje clave y directo a la colectividad.
La decisión reciente de declarar Área de Reserva Militar a la cima del cerro de Montecristi tiene como propósito instalar equipos que permitan interceptar el vuelo de avionetas clandestinas y detener el avance de las operaciones ilícitas de tráfico de armas, drogas y precursores.
La lucha contra el crimen organizado se toma muchas veces como un pulso impotente contra ‘los molinos de viento’, pero es una cuestión de principios y supervivencia nacional.
El país ha visto perplejo que los centros de rehabilitación son territorio controlado por bandas de delincuentes, que tienen armas, droga, y hasta espacios de diversión.
Las matanzas del 2020, las de principios de este año y las de hace pocos días ilustran sobre el poder y la influencia de estas bandas y sus supuestas conexiones con los carteles de la droga, que reflejan nexos internacionales poderosos y peligrosos.
La visita de la Subsecretaria Adjunta para el Hemisferio Occidental de Estados Unidos y de un senador, su reunión con el Presidente y la entrega de USD 5 800 000 tienen un mensaje evidente. EE.UU. apoya a Ecuador en este esfuerzo. Está claro que la cifra es pequeña y que se inscribe como parte de otras cantidades entregadas en los últimos años y será destinada a equipos para operación.
No basta. Hace falta cooperación internacional de alto nivel, soporte tecnológico, más y mejor preparación al personal de la Policía y de las Fuerzas Armadas; desde luego, guardando las formas y sin intromisión alguna en aspectos que atañen a la soberanía nacional.
Pero es menester un enfoque claro de que la lucha contra el narcotráfico es indispensable, para evitar que países como el Ecuador y otros caigan en las garras de las mafias internacionales. Que no sea demasiado tarde.