El martes llegó a la Asamblea Nacional el proyecto con carácter urgente. Es la Ley Orgánica para la Optimización de la Jornada Laboral y Seguro de Desempleo.
Las circunstancias del país han cambiado tanto. Desde la propuesta el 1° de mayo de 2014 hasta la aprobación de una Ley de reforma laboral polémica, que no contentó a todos los sectores sindicales ni empresariales, en abril pasado, ha corrido agua bajo el puente. El paisaje económico y social de hoy no es el mismo que el de hace 10 meses.
Una contracción severa, la reformulación de las metas de crecimiento y una revisión a fondo del Presupuesto aprobado en el último trimestre de 2015 reflejan un nuevo estado de cosas.
Ahora el Gobierno asume un cambio en materia laboral cuya aceptación no va a ser fácil. Se debate si las normas propuestas son o no una precarización de las condiciones de los trabajadores.
Se proyectan las pasantías, el trabajo juvenil y, especialmente, la posible disminución de la jornada laboral hasta 30 horas semanales con la aquiescencia previa de la autoridad y no mayor a 6 meses renovables por una sola vez. El proyecto habla de un pacto de jornadas extendidas de trabajo. En ningún caso más de 10 al día y máximo 40 horas semanales. Otro tema espinoso es el del cambio en la Ley de Seguridad Social mutando el destino de una parte de los futuros fondos de cesantía para financiar el anunciado seguro de desempleo.
Hay que esperar el examen de constitucionalidad de la propuesta oficial.