Juan Manuel Santos, del partido de la U (uribismo), y Antanas Mockus, del Partido Verde (centro), son los candidatos más opcionados para ganar los comicios presidenciales, pero pasarían a una segunda vuelta según los sondeos.
La campaña convoca a casi 13 millones de votantes. El sufragio no es obligatorio. Santos y Mockus son apenas dos de un total de nueve aspirantes. La mayoría procede de lo más granado del establecimiento político y de las tendencias que han dominado el espectro republicano de Colombia: liberales y conservadores, junto a representantes de la izquierda.
Santos y Mockus exhiben altos pergaminos universitarios y tienen experiencia como hombres de Estado. Santos, ministro en tres carteras, como titular de Defensa asumió la polémica responsabilidad sobre la incursión militar de Angostura que costó la ruptura de relaciones con Ecuador. Mockus pasó de la academia a la Alcaldía de Bogotá y fue reelegido.
Colombia afronta retos inmensos, entre los cuales tiene peso el mantenimiento de una política de seguridad pública, lo cual significa superar los episodios de los falsos positivos y de la ‘parapolítica’ que empañaron al Mandatario saliente. Otras deudas pendientes son la salud y el empleo.
Si la campaña ha servido para que Colombia viva un saludable debate sobre su futuro, solo queda esperar que los comicios le sirvan para decidir con civismo y madurez.
En materia bilateral, es deseable que las históricas relaciones, interrumpidas por la violación a nuestra soberanía en el bombardeo de Angostura, se restablezcan plenamente para bien de los dos pueblos. Para ello se necesita que el próximo gobernante se comprometa a forjar unas relaciones duraderas y respetuosas.