Cuando una sociedad está afectada endémicamente por la peste del populismo como la ecuatoriana, los principales representantes públicos aspiran a copar los espacios posibles para la propaganda, la publicidad o el alboroto en cualquier coyuntura extraordinaria que se produzca. Desconocen que en esa materia -ahora la crisis del covid-19- la saturación, los efectos contrarios y el aburrimiento del auditorio cobran factura. Ejerciendo el derecho a opinar, no limitado por el estado de sitio, pueden hacerlo; sin embargo, la Contraloría General, debe evaluar si, estos casos, se justifican y no se desarrollan proyectos pre electorales con fondos o espacios públicos. El espectáculo de una lucha por estar en cadenas, entrevistas, cuñas y medios de comunicación por parte de esos actores del régimen es lamentable; ignoran el poco rédito o los efectos contraproducentes que pueden tener de una sociedad agobiada por el virus.
El analista político chileno Fernando Mires, en marzo del 2020, expresó al respecto en Política y Cultura:
“Un peligro adicional en el que también han caído algunos gobernantes de naciones democráticas reside en la manipulación populista de coronavirus. Por ello entendemos la utilización del peligro viral como un medio de auto promoción de esos gobernantes. La mayoría – sí, la mayoría – han visto en covid-19 una posibilidad de presentarse ante las cámaras como ejecutores de planes grandiosos y épicas gestas. Algunos aparecen todos los días en la televisión dictando normas y decretos en una lucha que ellos suponen liderar en contra del nefasto virus…” .
Debe agregarse a estas pretensiones de escenario, de autoridades del primer nivel, ciertos dislates como el caso de las tarifas para atención de laboratorios clínicos- empresa privadas-, que deben expresar su agradecimiento por tan oportuna gestión. De todas manera, los promotores públicos de los servicios clínicos privados debieran hacer una lectura de la constitución que en el artículo 66 numeral 15 establece los derechos y garantías de ejercer actividades con “solidaridad, responsabilidad social y ambiental” y en el 25 el derecho a acceder a servicios públicos y privados de calidad, con eficiencia y buen trato …” . Se desconoce si igual procedimiento tarifario se siguió con los heridos de guerra de nuestros soldados en las acciones que participaron en nuestra defensa territorial.
Para evitar confusiones en la comunicación oficial- en momentos tan dramáticos es importante que se cumplan tres requisitos: oportunidad, concreción y una sola voz oficial. Debe agregarse que hechos extraños- el cierre de un aeropuerto internacional por la fuerza-puede provocar mayores efectos como por ejemplo un sobrevuelo preventivo de aviones de la FAE instalados en la Base de Taura. Con el covid-19 tenemos suficiente; más aún cuando la prepotencia no es una vacuna aceptada por la OMS.