El labriego Gordio, elegido Rey de Frigia por decisiones del oráculo, pasó a la historia porque resguardó su cayado bajo un nudo laboriosamente intrincado para no ser desatado. Cuenta la historia otra leyenda; que fue Alejandro Magno quien de un solo tajo solucionó el enigma.
Mito o fantasía el caso es válido para explicar algunas reglas secretas de la democracia destinada a impedir que una mayoría circunstancial- emotiva o radical- decida en un solo acto la totalidad de la voluntad popular. Por ese motivo, los demócratas de Estados Unidos que hubieran barrido las dos cámaras por los últimos resultados, solo lo hicieron con los Representantes, pero no pudieron con los del Senado y tal composición no se alteró sustancialmente. El mensaje es claro. La democracia no tolera la totalidad pues la considera muy cercana al autoritarismo. De esta manera, las ínfulas de tremendistas de Trump fueron morigeradas y la recuperación de muchos demócratas y más rivales coparon la instancia de los Representantes, pero solo arañaron la conservadora cámara, donde republicanos y otros extremistas son mayoría.
La vigencia de esta norma no es fácil de aceptar cuando se gana abrumadoramente. Existen muchos ejemplos. Quizás uno de los más significativos se dio en Chile durante las elecciones legislativas de 1965. En las presidenciales del año anterior había vencido de manera apretada y polémicamente Eduardo Frei Montalva y su gobierno era acosado por la derecha y la izquierda, que, en los ataques a fondo, suelen estar unidas.
Dos meses después, en las elecciones parlamentarias, la Democracia Cristiana barrió con el 75% de los votos. Coparon la cámara de diputados, pero no se alteró al predominio de la derecha y la izquierda en el Senado.
Un segundo elemento intricado que contienen los nudos de la democracia está relacionado con la reelección el primer mandatario o presidente. El sistema repulsa la perennidad y privilegia la alternabilidad.
En EE.UU. hubo que esperar que el presidente Franklin D. Roosevelt demandara un cuarto mandato consecutivo para que surja la enmienda N° 22: “Ninguna persona podrá ser elegida para el cargo de presidente más de dos veces…”
En el Ecuador, a pesar de contar con una Corte Constitucional de bolsillo, el presidente Correa modificó la posibilidad de una reelección indefinida; alguien le sopló que el frío de Latacunga es intenso; debe haber sido Álvaro Uribe que, por su parte, no pudo con la tercera.
Hay finalmente otra regla no escrita que es la Concertación Política. En escenario plagado de múltiples partidos si no existe un acuerdo trascendente – entre distintos, diferentes y hasta enemigos, surge un caudillo o cae la democracia. Chile, Colombia, Argentina dan el ejemplo, Brasil es la gran incógnita. En Ecuador no corresponde el caso pues, la nueva generación- jóvenes y dirigencia – no supera nociones básicas de Ciencia Política.