“¿A cuenta de qué esta persona debe seguir manejando esos fondos como si fueran suyos y cuánto tiempo más va a permitírselo?”.
Imagínese que usted es miembro de una familia y, como tal, aporta lo que puede de sus ingresos para su sustento. Un buen día, la jefa o el jefe de hogar le dice que andan escasos de recursos y que, a pesar de la difícil situación económica y de que no es mucho lo que gana, va a tener que contribuir con más.
Sin embargo, a lo poco usted se entera que esa persona ha tenido una platita por ahí con lo que ha contratado a un amigo pintor (que además pinta horrible), para que realice un retrato de las viejas glorias familiares (a un precio exorbitante), y está preparando varias fiestas conmemorativas contratando a otros de sus amigos y conocidos.
A usted, lo más seguro es que le indigne la situación. ¿Cómo es posible que con la situación económica tan mal como está, esta persona decida gastar el escaso dinero familiar en cosas absolutamente innecesarias, pero además caras y feas, ¡y con sus amigos!, mientras que las cosas importantes quedan de lado? Además, usted sabe que hay artistas con mejor gusto y menos costosos y que se pueden hacer fiestas más económicas.
Así, con todo el derecho, encara a esa persona y le reclama por el malgasto de los fondos que, al final, son de todos. ¿Y qué le responde? Pues que le tiene sin cuidado lo que usted diga y que lo más probable es que lo que usted quiere sea pasar a ser el jefe del hogar y que esas son sus motivaciones para venir con sus reclamos.
Y entonces usted se pregunta: ¿a cuenta de qué esta persona cree que los fondos de todos, y que además son escasos, tienen que gastarse de una forma tan dispendiosa y negligente? ¿A cuenta de qué pedirle explicaciones es persecución y no la rendición de cuentas a la que toda persona que maneja fondos ajenos está obligada? ¿A cuenta de qué esta persona debe seguir manejando esos fondos como si fueran suyos y cuánto tiempo más va a permitírselo? En las próximas elecciones seccionales estas son las preguntas que debemos hacernos.