Si estás leyendo esta nota es probable que pienses igual que nosotros: los perros son criaturas extraordinarias. No por nada se los conoce como los mejores amigos del ser humano. Si no nos crees con este ejemplo te lo demostramos.
Cuando llegas a casa del trabajo luego de un día largo tu perro sale a saludarte. Se emociona y mueve su cola sin control. Está verdaderamente contento de que estés en casa. Luego de unos minutos de jugar con él o simplemente acariciarlo te relajas y te sientes mejor. Esto tiene una explicación científica. La relación y el contacto entre personas y canes produce oxitocina, conocida como la hormona de la felicidad. Esta sustancia contribuye a la sensación de bienestar.
Aprovechando este conocimiento, se utilizan estos animales para terapias. En situaciones de crisis y estrés, dan soporte emocional a personas afectadas. Otra manera de beneficiarse de un perro es con el coaching.
Esta actividad tiene como fin guiar a las personas para que puedan alcanzar un objetivo que puede ser solucionar un problema o alcanzar una meta. Juan Pablo Vintimilla, master coach en Insider Group, cree firmemente que los canes son herramientas maravillosas para ayudar a las personas. “Los perros te ayudan en muchísimas cosas: en lo personal, lo profesional, seguridad, confianza, liderazgo, entre otras”, comenta.
Cinddy Cristina Tamayo acude a las sesiones de coaching desde hace dos años. Le acompaña Beto, un labrador negro de 10 años. Este llegó a su vida como regalo de una amiga muy cercana. “Nos ha tocado vivir cosas difíciles juntos y eso ha hecho que seamos más cercanos”, explica.
En las sesiones, Beto asume el rol del problema que Cinddy Cristina Tamayo debe enfrentar. Foto: Patricio Terán/ Narices Frías.
Ella se considera una persona muy estructurada y, aunque es consciente de que existen beneficios, hay también algunas desventajas. “Te exiges mucho a ti mismo y a los demás y a veces puede ser algo negativo”, comenta. Ella notó que su perro también tenía conductas similares. “Cuando camina conmigo siempre lo hace del lado izquierdo, del lado derecho le cuesta mucho”, cuenta. Sus rutinas son fijas y cuando cambian le afecta.
Juan Pablo utiliza a Beto para mostrarle a Cinddy el problema y ayudarle a que ella misma encuentre soluciones. “Estos ejercicios te permiten hacer analogías para que la persona vea desde otra perspectiva las cosas”, indica. Entonces Beto se convierte en la situación estresante que le afecta a la persona y lo muestra teniendo problemas para caminar.
“¿Qué cosas diferentes puedes hacer para lidiar con la situación?”, le pregunta el coach. “Puedo acercarme, alejarme o mirar desde otra perspectiva”, le responde Cinddy. Aunque en el ejercicio se refieren a soluciones para que Beto pueda caminar mejor, estas alternativas le sirven para conocer cómo puede enfrentar esa situación que le afecta.
Para Juan Pablo, es importante que las personas sepan que los perros pueden ayudar a que se sientan mejor. Cuando hay problemas de depresión, ansiedad, inseguridad o confianza se puede utilizar al can como un vínculo para que la persona hable de sus problemas. “En ocasiones solo queremos ser escuchados. Ellos siempre están ahí para nosotros”, concluye.