La impresora hecha por Rodrigo Mungabusi recibió el asesoramiento de los no videntes. Glenda Giacometti/ EL COMERCIO.
Un proyecto final de semestre, en el área de robótica, se convirtió en un equipo de utilidad para las personas no videntes, en Ambato.
Es el dispositivo MBraibo, una máquina de impresión en braille (altorrelieve, para la lectura de las personas con discapacidad visual) desarrollada por Rodrigo Mungabusi.
El joven tardó dos años en investigar y mejorar este dispositivo. Esta herramienta ayudaría a que los no videntes tengan acceso a textos académicos y literarios. Lo interesante es que costaría USD 500. “Una impresora en el mercado supera los USD 3 000, inasequible para los padres de familia”, dice Mungabusi.
¿Pero cómo funciona la impresora braille MBraibo?
Mungabusi explica que, a través de la computadora, el software permite transformar los textos y dibujos convencionales al formato braille. Además, se compone del cuerpo electrónico para el funcionamiento.
Todo el sistema fue desarrollado con mecanismos y partes elaboradas en impresoras 3D e importadas. Además, de computadoras se reciclaron partes, como el disco duro con que funciona esta impresora.
Los maestros y estudiantes de la Escuela de No videntes Julius Doepfner, de la ciudad de Ambato, ayudaron en el proyecto. Ellos enseñaron a Mungabusi la técnica de la escritura braille. Los textos son impresos en papel bond, que es más conveniente en el precio, mediante un mecanismo que da forma al código braille letra por letra. Ahora busca impulsar una compañía para producir máquinas de impresión a bajo costo.
La impresora braille está diseñada por medio de un juego robótico de Lego que armó Mungabusi cuando estudiaba Ingeniería Electrónica en la Escuela Politécnica del Chimborazo (Espoch). Explica que la idea del proyecto es que los padres de familia y los docentes eduquen de forma personalizada a los alumnos del centro educativo, porque es difícil acceder a material impreso en braille por sus costos elevados.
“Me llamó la atención cuando me dijo que había inventado un dispositivo que, al tomar una fotografía, podía imprimir en braille”, aseguró Byron Guerrero, director del centro educativo Julius Doepfner.
El maestro dice que eso ayudaría a mejorar el aprendizaje de los niños, porque tendrían más ilustraciones, acceso a la investigación y podrían leer textos académicos. Además, ya no escucharían la lectura que hacen las computadoras, sino que se traducirían los textos a braille. “Actualmente, solo hacemos a través de las regletas y los punzones”, dice.
Con MBraibo darían un paso adelante, porque con apoyo de la empresa privada se podría reproducir para que los estudiantes dispongan de la impresora en forma gratuita. Con este equipo habría mejor comprensión y el aprendizaje no sería verbal sino práctico-receptivo.
Mungabusi ganó el primer premio en una feria de robótica realizado en Riobamba. Ahora este proyecto lo presentó al concurso de emprendimientos de History Channel.