Miriam Durán vende en una tienda que tiene más de cien años en el centro de Sangolquí. Foto: David Landeta / EL COMERCIO
Llegó el día que los habitantes de Sangolquí soñaban, pero no hubiesen creído que sucedería tan pronto, Independiente del Valle jugará la final de la Copa Libertadores de América en el estadio Olímpico Atahualpa, este miércoles 20 de julio del 2016.
En el cantón Rumiñahui, en dónde nació el equipo ‘negriblanco’ la gente espera con ansias la hora del compromiso y el Municipio de esta población, ubicada al suroriente de Quito, adecuó cuatro pantallas gigantes en el estadio General Rumiñahui para que los aficionados puedan ver el compromiso, en el estadio que ha sido el fortín del equipo del Valle.
En los exteriores del escenario deportivo el comercio de a poco empezaba a moverse desde horas de la tarde. Juan Bejarano fue uno de los primeros en llegar al lugar, él lleva 15 años vendiendo indumentaria de diferentes equipos, es hincha de Liga de Quito, pero este día apoya a Independiente como lo hiciera con cualquier club que llegue hasta esta instancia en torneo continental, asegura. Los triunfos del equipo de Sangolquí también le han ayudado en su negocio, desde que los ‘rayados’ superaron la fase de grupos de la Libertadores ha vendido cerca de 800 camisetas del club.
Al igual que Bejarano, Fernando Lino aprovechó la final para comerciar sus productos. Vende cornetas y llegó desde Guayaquil con cien de estos artículos que “ponen la alegría en los partidos”, afirma. Lino vende cornetas en los estadios de Barcelona Sporting Club y Emelec, pero esta vez llegó al Valle por la importancia del partido que se jugará, es hincha del equipo ‘torero’, pero hoy Independiente representa a Ecuador, concluye.
Juan Bejarano vende camisetas de todos los equipos, aprovechó que Independiente está en la final para comerciar su mercancía. Foto: David Landeta / EL COMERCIO
Unas cuadras más abajo, en el parque central del poblado, está la tienda de la familia Torres que funciona en el mismo lugar por más de cien años, según afirma sus propietarias. Una de ellas es Miriam Durán Torres que también es hincha de Independiente del Valle, ella dice que se siente orgullosa del equipo que representa al lugar en el que ha vivido toda su vida. Este día lleva puesta la camiseta azul con negro del finalista de la Copa Libertadores y se apura vendiendo pan recién horneado para cerrar su negocio e ir a ver el partido con su familia.
Junto a la iglesia de Sangolquí también está una tienda de artículos religiosos: velas, cuadros e imágenes de diferentes santos se venden en este espacio, atendido por Verónica Castañeda que este 20 de julio usa la camiseta rosada de Independiente. Castañeda menciona que el equipo del Valle es un ejemplo para todos los ecuatorianos “porque cumple lo que se propone”. Todos en Sangolquí están seguros que los dirigidos por Pablo Repetto sacarán un resultado positivo en la final, por más de 2 a 0.
Pero en el estadio General Rumiñahui también hay espacio para la hinchada rival, es el caso de Sebastián Terán, él espera en la fila para ingresar al estadio General Rumiñahui con la camiseta verde y blanca del Atlético Nacional. “Mi pasión es el ‘Verdolaga’, el que me inspira a seguir”, dice emocionado. Terán, que también destaca el gran juego de Independiente, nació en Putumayo Colombia pero vive en Ecuador junto a su familia.
Como hincha del equipo de Medellín Sebastián espera un resultado sea favorable para el Atlético en esta final y que el equipo se proclame campeón del torneo de clubes más importante del continente. Pero los ecuatorianos también confían en que sea Independiente quien consiga el campeonato, aunque llegar a estas instancias ya es un gran mérito porque los dos equipos son los mejores de América.
Sebastián Terán es hincha de Atlético Nacional, él disfrutara de la final junto a su familia en el estadio General Rumiñahui. Foto: David Landeta / EL COMERCIO