Cuando me enteré de que Chevrolet presentaría un nuevo SUV en el mercado nacional pensé que la marca había decidido jubilar a algún modelo de la gama actual.
Sin embargo, cuando acudí a retirar el ejemplar que me facilitarían para el respectivo ‘test drive’, los ejecutivos de General Motors del Ecuador me explicaron que el nuevo Tracker no llega para reemplazar a otro modelo, sino para complementar la oferta del fabricante estadounidense.
Es que Chevrolet no tenía en sus filas un utilitario compacto de orientación urbana, con apariencia todoterreno y tracción delantera, que rivalizara con otros vehículos similares que están disponibles en el país.
Por eso, ahora el Tracker representa a la marca del corbatín en un segmento creciente, en el que se medirá con rivales de gran aceptación popular tales como los Hyundai Tucson, Kia Sportage, Ford Ecosport y Renault Duster, entre otros.
Las cartas de presentación del Tracker son contundentes. Para empezar, muestra un diseño juvenil y deportivo cuyas líneas exteriores evocan inevitablemente al Captiva, su ‘hermano mayor’.
Por sus dimensiones contenidas resulta ideal para la movilización diaria, pues se desplaza con agilidad en el tráfico urbano y no requiere grandes espacios a la hora de buscar un lugar de parqueo.
La distancia entre ejes de 2,55 metros beneficia la habitabilidad interior, pues sus cinco ocupantes tienen suficiente espacio para las piernas y los hombros. Sin ser demasiado grande, el maletero de 356 litros de capacidad es suficiente para albergar el equipaje de los pasajeros.
Además, si fuera necesario transportar más carga u objetos más grandes, el respaldo del asiento trasero puede abatirse en proporción 60/40 cuando no hay ocupantes en las plazas posteriores.
La practicidad es otra cualidad de este modelo, pues la cabina cuenta con múltiples compartimentos para guardar objetos de diferentes tamaños.
En cuanto a las características mecánicas y de equipamiento, el Tracker está a la venta en dos versiones: LS (caja manual de cinco velocidades y equipamiento estándar) y LT (transmisión automática de seis relaciones y full equipo).
El motor que llevan ambas versiones es un Ecotec de 1,8 litros de cilindrada que desarrolla 138 caballos de potencia y 175 Nm de torque, y es el mismo que impulsa al Chevrolet Cruze.
En una intensa prueba de manejo llevada a cabo durante un fin de semana completo, la cual incluyó trayectos urbanos y periféricos, el ejemplar de la variante LT que tuve a mi disposición se mostró sumamente confortable y fácil de conducir.
A diferencia de otros vehículos equipados con caja automática y motores con cilindradas inferiores a 2 500 cm³, el Tracker ofrece una ágil respuesta de aceleración, según se demande.
Esto obedece a una calibración especial de la transmisión, con el fin de que el funcionamiento del conjunto motor-caja sea óptimo en la región andina y no únicamente al nivel del mar, como lo es en la mayoría de vehículos de ese tipo.
Ese buen desempeño posibilita una conducción deportiva, que brinda sensaciones aún más intensas al activar la función manual de la caja. Al presionar un botón ubicado en el lado izquierdo de la palanca, se puede subir o bajar las marchas a voluntad y permitir que el motor alcance un régimen de revoluciones más alto.
La gran estabilidad del Tracker al tomar curvas a velocidad transmite mucha seguridad al conductor y los ocupantes.