A cualquier aficionado al automóvil le resulta familiar un Rolls-Royce de principios del siglo XX, denominado durante varios años como el mejor automóvil del mundo. El modelo registrado como AX 201, de la serie 40/50, es el único ejemplar que dio nombre a una serie legendaria del fabricante británico, la del Silver Ghost.
En 1907, Claude Johnson, director comercial de Rolls-Royce, pidió un coche para ser utilizado en demostraciones de la empresa. La unidad fue pintada con pintura de aluminio, y se emplearon accesorios plateados. El modelo fue bautizado como Silver Ghost por su fantasmal silencio.
Este vehículo se hizo famoso rápidamente y la gente empezó a llamar con ese nombre al resto de los integrantes de la serie 40/50. Los sucesores basados en el Silver Ghost original se vendieron durante 20 años debido a su gran fiabilidad y aceptación.
La característica de este singular modelo era su silencioso propulsor. Un motor de seis cilindros en línea, dividido en dos bloques de tres cilindros. Contaba con doble encendido y dos válvulas laterales accionadas por un único árbol de levas movido por engranajes. Todo un hito para una época en la que recién se implementaba la fabricación en serie y la mayoría de automotores eran elaborados a mano.
La elección de válvulas laterales se hizo por ser más silenciosas que las tradicionales en cabeza. Rolls-Royce empleó en este motor pistones y cigüeñal de aleación ligera.
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Los primeros motores eran de 7 036 cm³ y 48 HP. A partir de 1911 la cilindrada aumentó hasta los 7 428 cm³ consiguiendo una potencia de 60 caballos de fuerza. El propósito del aumento de cilindrada no fue conseguir más potencia, sino mayor elasticidad.
El motor del modelo más evolucionado, empleado en competición fue denominado Alpine Eagle. Este contaba con un carburador simple de doble inyección que desarrollaba 75 HP de potencia a 1 800 rpm. Alcanzaba velocidades de hasta 132 km/h.
Entre las curiosidades del modelo, el motor no disponía de junta de culata. Otra no menos sorprendente eran los frenos, los traseros eran de tambor y carecía de estos en la parte delantera. Esto es impensable en nuestra época, más si consideramos que solo el chasís del Rolls-Royce ‘Silver Ghost’ pesaba 1 296 kg.
La caja de cambios era de tres velocidades en los modelos fabricados hasta 1913, con posterioridad a esa fecha la caja de cambios pasó a ser de cuatro velocidades. La dirección, con tornillo sin fin y tuerca, era muy precisa, necesitando únicamente una vuelta y un cuarto por cada radio de giro. El chasís era de estructura de acero y travesaños. La carrocería se fabricaba de forma artesanal a gusto del cliente.
El Silver Ghost original fabricado en 1907, es el automóvil más valorado del mundo, su tasación en 2005 alcanzó los USD 35 millones y hoy en día se estima que vale unos USD 50 millones.
El AX 201 fue vendido en 1908 a un comprador privado que lo utilizaba para sus vacaciones anuales en Italia. En 1948 fue recuperado de nuevo por la empresa. Desde entonces se ha utilizado como un vehículo de publicidad y viaja alrededor del mundo. En 1989 el coche fue restaurado por los carroceros SC Gordon Coachbuilders de Luton y P&A Wood de Londres. En la actualidad es propiedad de Bentley Motors, que no planea deshacerse de esta auténtica joya de museo.