‘Reduce to the max‘ era el lema con el que Daimler sacó al mercado en 1998 el Smart. El diminuto modelo que medía entonces 2,50 m de largo fue visto como la mayor reducción posible de un auto. Pero ahora hay fabricantes empeñados en hacer modelos más pequeños.
En casi 15 años se han vendido más de un millón de Smart. Ahora, mientras el modelo se ha agrandado y encara la tercera generación, encuentra competencia, ya que hay marcas que van a producir vehículos más reducidos para la ciudad con la premisa de hacer más fluido el tráfico y más limpio el aire de las urbes.
Esta tendencia se ha visto acelerada por la demanda de modelos eléctricos y la circunstancia de que las baterías son caras y pesadas. Cuanto más ligero es un carro, menos carga de batería requiere para una velocidad adecuada y una autonomía que resulte práctica. Y las exigencias de estos vehículos son menores, ya que puede bastar con una autonomía de 30 a 50 km.
Eso reduce costos, y las baterías para estos autos minúsculos se pueden recargar más rápido casi en cualquier enchufe de casa.
El concepto más popular de esta clase es el Renault Twizy, que sale al mercado actualmente por un precio de USD 8 700 más el alquiler de la batería. El biplaza eléctrico mide 2,30 m de largo, 1,20 de ancho y es una mezcla de escúter y de coche pequeño. Como auto tiene una velocidad máxima de 80 km/h, las cuatro ruedas y el volante. Como escúter, la posición de los asientos y la carrocería parcialmente abierta. La autonomía es de 120 kilómetros.
Quien quiera además protegerse del viento y del mal tiempo puede esperar al Volpe, un biplaza desarrollado en Italia y que es descrito como “el coche más pequeño del mundo”. Mide 2,20 metros de largo y uno de ancho y puede llegar a tener hasta cuatro motores en los cubos de las ruedas. Juntos logran 16 caballos de potencia y una velocidad máxima de 105 km/h. La producción comenzará en China y se prevé fabricar 150 000 al año.
Hace casi un año se presentaron en la Feria de Fráncfort el Volkswagen Nils, el Audi Urban Concept y el Opel Rak-E, tres modelos con forma de huevo que adelantaban el futuro. Pero el tiempo ha pasado y poco se sabe de estos prototipos, quizás porque no están claras sus perspectivas económicas.
“Coches más pequeños que los 2,69 metros del Smart no tendrán éxito”, prevé el experto en el mercado automotor Ferdinand Dudenhöffer, que, sin embargo, sí considera lógico construir modelos eléctricos pequeños y asequibles, aunque dejan que desear en cuanto a utilidad, comodidad y seguridad. “Quien busca algo pequeño, usa la bicicleta eléctrica y quien desea un coche, se decanta por el auto pequeño”, agrega el experto.
Últimamente hay muchos vehículos miniatura eléctricos que tratan de convencer a los conductores de las grandes ciudades. En Europa ya se puede comprar el Mia, y que aunque comparativamente sus 2,87 metros de largo parecen grandes, ofrece espacio para hasta cuatro personas.
Quien tenga suficiente con los dos puestos del Smart, la firma italiana Tazzari ofrece el Zero. El diminuto modelo construido mayoritariamente en plástico tiene una autonomía de hasta 140 km y alcanza velocidades de hasta 90 km/h.
En el 2013 se podrá adquirir el Hiriko, un biplaza desarrollado por científicos estadounidenses junto a inversores españoles. Tiene los ejes articulados, de manera que se puede reducir aún más su tamaño.
Un concepto similar es el EO Smart Connecting Car del Instituto de Robótica de la Universidad de Bremen: también este biplaza se reduce para meterse en un pequeño hueco y puede ser estacionado transversalmente. La principal novedad es que se le pueden agregar varios módulos a modo de pequeños vagones. Su visión, sin embargo, queda de momento como prototipo y como animación virtual.
Todos estos modelos eléctricos ahorran espacio, por lo que permiten moverse mejor en las aglomeraciones, además de que ofrecen ventajas medioambientales porque necesitan menos energía, usan menos sustancias nocivas e incluso emiten menos ruido.
Que estos modelos se impongan no depende solo del precio, en un primer momento será alto. El previsible aumento continuo del precio de los carburantes podría ayudar a estos nuevos y pequeños vehículos eléctricos a hacer su aparición entre el denso tráfico urbano.
Fuente: DPA