La adquisición de un vehículo nuevo o usado representa una inversión de varios miles de dólares. Por eso, las expectativas de un comprador suelen ser altas respecto de los servicios que le prestará el auto.
No obstante, la fiabilidad no necesariamente guarda relación con el precio pagado, sino con el uso que se dé al automotor y con la rigurosidad con que se le apliquen los mantenimientos de rutina.
Un vehículo bien cuidado, aunque tenga varios años de fabricado, será confiable tanto para los desplazamientos urbanos diarios como para emprender recorridos largos por carretera.
Un automotor con mantenimiento desprolijo, por su parte, presentará la amenaza permanente de que un desperfecto sencillo o serio deje varado al conductor en cualquier momento y lugar.
Por esta razón, es importante saber que tener auto implica una gran responsabilidad. Darle mantenimiento implica mucho más que ponerle combustible, lavarlo con frecuencia o encerarlo.
Tampoco se trata de una tarea extremadamente compleja o costosa, pero exige del usuario una dedicación especial, de la cual él mismo resultará beneficiado.
En el caso de los vehículos nuevos, el manual del propietario indica detalladamente los trabajos que van requiriendo según el kilometraje recorrido. Estos van desde el cambio de aceite hasta ABC completo del motor, pasando por el mantenimiento de los neumáticos (presión de aire, alineación, balanceo, rotación, etc.).
Por ser dos aspectos básicos del mantenimiento vehicular, este especial de CARBURANDO trata precisamente sobre la importancia de los lubricantes y los neumáticos en la vida útil de un auto.
Respecto de lo primero, se hace un repaso sobre la importancia del aceite para el buen funcionamiento del motor, con un énfasis especial en los tipos de aceite existentes en el mercado, los plazos de cambio recomendados y algunos aspectos complementarios.
En cuanto a los neumáticos, anotamos los cuidados básicos para optimizar su duración y la manera adecuada de escoger otros en el momento del recambio.
Una mención especial merece el apartado de la seguridad, que también tiene su espacio en esta edición. El tema es tratado desde una perspectiva integral, pues solo de esa manera es posible comprender que la prevención de accidentes de tránsito y de robos parten de la propia actitud de los conductores.
Esperamos que el contenido en las siguientes páginas le sea útil.