A los habitantes de Quito, así como a los de la Sierra centro y norte del país, les tomó por sorpresa el clima frío y lluvioso en medio del que ha transcurrido el mes de julio, tradicionalmente soleado y seco. No es que en años anteriores no se hayan presentado lluvias en plena estación veraniega, pero estas generalmente eran esporádicas.
Junio se fue y con él parece haberse llevado el estiaje, la calidez y la ventosidad típicos de esta época del año. Una temporada en la que muchas familias programan sus vacaciones, pues las condiciones meteorológicas suelen ser agradables para desplazarse hacia varios puntos de la geografía nacional.
El Inamhi atribuye este inusual comportamiento climático al ingreso de humedad desde la Amazonía hacia la región interandina, pero no se sabe hasta cuándo durará. No obstante, a julio le queda menos de una semana de vida y por ahora solo queda esperar que agosto presente otra cara.
Esta situación plantea varios retos a los viajeros: ser más minuciosos con la preparación del vehículo (el buen estado de las llantas, las luces y los limpiaparabrisas es imprescindible) y tener mucho más cuidado con el manejo en la carretera ante el potencial aparecimiento de lluvias y/o neblina.