Manchas en la carrocería por la exposición a la intemperie, residuos de adhesivos en los vidrios o suciedad adherida en la tapicería de los asientos debido a salpicaduras son algunas de las situaciones más comunes a la hora de lavar un auto.
Muchos usuarios prefieren hacer el trabajo por sí mismos en casa, pero de la calidad de los productos que utilicen dependerán, en gran medida, los resultados que obtengan.
El mercado ofrece una gran cantidad de productos con formulaciones específicas para aplicarse en las diferentes superficies del vehículo. Champú, ceras y limpiadores en aerosol para la carrocería, diferentes líquidos para llantas y aros, espumas para tapicerías y alfombras, etc., son solo algunas de las opciones con que los usuarios pueden llevar a cabo una limpieza profunda en su tiempo libre.
Es importante utilizar un producto específico para cada aplicación y tipo de superficie, sobre todo al emplear marcas con líneas muy amplias y diferenciadas. Por ejemplo, lo que está recomendado para limpiar una superficie plástica pudiera ser perjudicial para vinilo o cuero, o viceversa.
Estos productos suelen incluir las respectivas instrucciones de aplicación en sus envases, las cuales conviene seguir al pie de la letra con el fin de lograr los resultados deseados.
Asimismo, hay diferentes tipos de aplicadores que evitan dañar las superficies más delicadas. Paños de microfibra y esponjas de determinados tipos son dos ejemplos de ello, que no siempre están incluidos en el producto y es necesario adquirir por separado.
Evite usar trapos viejos, toallas de cocina u otros objetos similares, si quiere que los resultados de su trabajo sean los mejores.