La confianza de los ecuatorianos en la marca china Great Wall creció en los últimos años. Esta tendencia fue impulsada gracias a la llegada de modelos con un diseño moderno y una mecánica confiable al mercado nacional.
Uno de los estandartes de este fabricante es el crossover compacto M4, que empezó a comercializarse en Ecuador a partir del 2014. Gracias a una inversión de USD 10 millones, realizada por Ciauto (ubicada en Ambato), para potenciar las áreas de soldadura y pintura de esa planta, este modelo empezó a ensamblarse en el país un año más tarde (2015).
Hasta este momento, se han armado 1 068 unidades en Ciauto. De esta cantidad, ya se vendieron 1 000 ejemplares, aproximadamente. Estas cifras reflejan la aceptación del vehículo en el Ecuador.
Ambacar, distribuidor oficial de Great Wall en el territorio nacional, nos permitió realizar una prueba de conducción con el M4 por las calles de la capital. Las sensaciones al volante fueron agradables, gracias al diseño interior y exterior del vehículo y a su buen desempeño.
En esta ocasión, pudimos manejar la versión Luxury, que cuenta con un equipamiento muy completo. Entre los elementos que se destacan en esta variante están los asientos de cuero, la cámara y sensores de retro y el radio con GPS.
El crossover chino cuenta con las ‘armas’ para luchar en un segmento competitivo. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
La primera impresión que nos dejó el M4 es de comodidad durante la marcha. La suspensión, delantera independiente con barra estabilizadora y trasera con eje de torsión, es confortable a pesar de la variabilidad del terreno por la que transitamos en Quito.
Los asientos contribuyen en la misión de generar una conducción placentera. Estos son ergonómicos y facilitan una posición adecuada para el conductor y sus acompañantes, tanto en las plazas delanteras como en las traseras.
La respuesta del motor de 1.5 litros fue positiva durante la prueba. El propulsor responde al acelerador pasadas las 2 500 revoluciones por minuto. Sin embargo, el automotor experimentó una pérdida de fuerza considerable con el uso del aire acondicionado, especialmente en las cuestas.
Por otra parte, la dirección resultó precisa a la hora de realizar maniobras por las calles más angostas del Centro Histórico de la capital. Las dimensiones del vehículo (1.61 m de alto, 1.72 m de ancho y 3.96 m de largo) ayudaron en esta tarea. Además, garantizaron un espacio interior placentero para los pasajeros.
Entre los mecanismos de seguridad se destacan el sistema de frenado, que está compuesto por discos a las cuatro ruedas con ABS, EBD y BA. La reducción de la velocidad fue exacta según se requirió durante la prueba. En este ámbito, también resalta la presencia de airbags para conductor y copiloto y la incorporación de una carrocería con deformación programada.
Entre el equipamiento de serie de la variante Luxury está la pantalla táctil de 7’, conexión auxiliar y USB, cuatro parlantes integrados y dos tweeters, llave con chip inmovilizador, control de velocidad programada y computadora a bordo.