El constructor Federico Las Heras en el comedor de su vivienda, ubicada en el valle de Tumbaco, donde se destaca el mobiliario en colores neutros. Fotos: Diego Pallero/ CONSTRUIR
Con el respaldo de una empresa de ingeniería y una de importaciones nació un tercer emprendimiento: una constructora. Así fue como Federico Las Heras se convirtió en constructor y levantó su vivienda en el valle de Tumbaco, a unos 30 minutos de Quito.
Se trata de una casa de 850 m² de construcción, implantada en un terreno de 600 m². Tiene cinco dormitorios y un total de ocho baños.
En la planta baja hay dos salas y una amplia cocina, cada espacio con salida al área BBQ y al porche, donde hay una chimenea y una estación de cine.
Cerca del área BBQ está una piscina de 11 x 3 metros y junto a esa un patio cubierto de césped natural de 600 metros, producto de un segundo lote adquirido. En ese espacio se divierten los más pequeños de la casa: son cinco hijos.
La sala que recibe a los visitantes posee toques de color a través del mobiliario y complementos.
En la planta baja, al extremo de la puerta de entrada, está el dormitorio máster, con un espacio para trabajar que se independiza al cerrar una puerta corrediza. Allí trabajan Las Heras y su esposa Melanie Núñez. Junto a la puerta de ese dormitorio están las escaleras metálicas que conducen al segundo piso, donde habitan los hijos.
Las habitaciones son amplias y cada una tiene su propio cuarto de baño. En esa planta también está la sala de TV.
En el subsuelo, el sitio favorito del constructor, además del área BBQ, están una sala de cine, un estudio de pintura, gimnasio y área de máquinas.
Los colores blanco y negro son protagonistas en esta vivienda. En el cuarto de baño, por ejemplo, se combinan en las baldosas.
Núñez es fotógrafa y en su espacio de trabajo desarrolla ideas para luego plasmarlas en algún lugar de su vivienda, por ejemplo. A ella, precisamente, se le ocurrió destinar algunas paredes y puertas corredizas de la planta baja como fondo para retratar a su familia.
Y como también es hábil con los dibujos, Núñez participó en el diseño de su residencia, donde priman los colores blanco y negro.
La casa está implantada frente al Ilaló. En la fachada se destaca la madera, el metal y el vidrio.
En el cuarto de baño del dormitorio máster, por ejemplo, hay baldosas de pequeño formato que combinan los tonos favoritos de la familia: representan sobriedad y elegancia.
El diseño de la vivienda, cuenta Las Heras, se concibió durante una cena con su esposa. Mientras esperaban por sus pedidos rayaron sobre un individual de papel.
Después, contrataron al arquitecto Gonzalo Diez de Diez+Muller Arquitectos, al que también le entregaron un flash memory con “más ideas”, dice Núñez.
Esta vivienda cuenta con una sala de cine. Está ubicada en el subsuelo, junto al estudio de pintura.
La construcción demoró alrededor de un año y medio y se hizo con materiales y detalles importados. “El 90% de lo que hay aquí es traído del exterior”.
Y con todo, se refiere a desde los herrajes para la cocina hasta las lámparas que están en la sala principal y en la de TV.
Esos complementos, junto al mobiliario, son los encargados de otorgarle un toque de color a los espacios.
En este espacio hay una chimenea funcional, una estación de cine y juegos.
En la primera sala, junto a la puerta de entrada, hay un sillón amarillo y una butaca roja. En el comedor resalta una lámpara elaborada con pantallas de varios colores.
En la construcción, en cambio, se destacan el hormigón, la estructura metálica, el ladrillo y la madera natural.
Las Heras dice que su casa tiene detalles de calidad porque el propósito es que funcione como un ‘showroom’ para demostrar que es posible lograr viviendas con tecnología sin inflar el presupuesto.
En el dormitorio máster hay un espacio para trabajar, que se independiza al cerrar la puerta corrediza.