El agua y el cielo se ‘unen’ en la piscina infinita

Estas albercas carecen de bordes . Se construyen con una selección apropiada de planos. Fotos: Plataforma Arquitectura

Muchas personas quisieran tener una casa frente al mar para relajarse y disfrutar de ese sentimiento de paz. Sin embargo, pocas pueden darse ese gusto y por eso recurren a una solución constructiva conocida como piscina infinita.
Las también llamadas piletas o albercas sin bordes parecen fusionar el agua con el horizonte, a través de la disposición apropiada de planos y de niveles. Se componen, según el portal Plataforma Arquitectura, de uno o más muros que corresponden al nivel del agua -permanentemente desbordándose- que cae en un depósito, ubicado justo debajo del ‘borde de fuga’.
Esa agua regresa a la piscina a través de un sistema de bombeo. Ese plano debe ser casi invisible para “potenciar la sensación de que el agua fluye naturalmente hacia el horizonte”. Varias de esas piscinas están construidas en Estados Unidos, Brasil, India, Australia, Ecuador.
Shanty Vargas y su hermano Gonzalo, interiorista y arquitecto, por ejemplo, construyeron una piscina sin bordes en su vivienda.
Otro ejemplo está en Votorantim, Brasil. En el proyecto Residencia M, la piscina y el área social se enfrentan en la misma fachada del acceso principal. Subiendo las escaleras sobre la piscina reflectante, el piso principal tiene una vista panorámica de la naturaleza, donde las líneas rectas del diseño contribuyen a resaltar el paisaje.

Fasano Las Piedras Hotel, en Uruguay.
En Aurelia - House Under a Pool, en cambio, los constructores aprovecharon el terreno inclinado existente para orientar la piscina infinita de color aguamarina en dirección al paisaje. El espacio después creado debajo de la piscina aloja una casa independiente de dos habitaciones.
Los promotores explicaron a Plataforma Arquitectura que la alberca, que carece de bordes en todos los lados, se desborda en un cuerpo de agua más pequeño, que luego forma una cascada que se convierte en el telón de fondo de los asientos principales de la sala de estar de la también llamada casa de cristal. La caída del agua mantiene en un estado de calma a los habitantes.