La fachada de piedra de la Catedral guarda vestigios
de una simbiosis religiosa. Fotos: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Los símbolos tallados en las piedras de la Catedral de Riobamba son evidencias de la simbiosis cultural y religiosa que surgió durante la Colonia, según los investigadores del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural de la Zona 3.
Algunas de las piedras que forman parte de la fachada se recuperaron de entre los escombros del terremoto de 1797, mientras que otras se agregaron después del reasentamiento de esa urbe en la Llanura de Tapi, donde se encuentra actualmente.
La fachada está construida con una mixtura de piedras volcánicas, andesitas y riolitas, originarias de la región andina del país. Ese tipo de piedras también es común en templos ancestrales sagrados y en otras construcciones andinas.
Las piedras más antiguas muestran detalles de plantas y rostros de ángeles esculpidos con una técnica artesanal tosca, similar a la de las iglesias de Colta, donde estaba la antigua Riobamba.
La iglesia conserva su puerta original, de madera.
“Cuando llegó la Colonia, los españoles presionaron a los indígenas nativos para que tallaran los símbolos en las piedras y probablemente las iglesias se construyeron sobre los sitios que para ellos eran sagrados. Muchos de los detalles fusionan símbolos religiosos con símbolos de la cosmovisión”, cuenta William Balseca, docente de la carrera de Construcciones Andinas del Instituto Jatun Yachay Wasi.
La Catedral de Riobamba es uno de los íconos patrimoniales y arquitectónicos más importantes de la urbe, por lo que en el 2016 el Municipio financió el mantenimiento y restauración para la conservación de la fachada.
En esa época, algunas piedras estaban fisuradas, estaban manchadas y una especie de costra se había formado en la superficie. “Se debía a la naturaleza de la piedra y al paso del tiempo. Para asegurar la conservación del patrimonio sugerimos que ese mantenimiento sea continuo”, explica Diego Villacís, director del INPC en Chimborazo
En la parte posterior hay un museo de piedras.
. Tras la fachada de la iglesia, la Diócesis de Riobamba conserva otros vestigios de la antigua iglesia en un Museo de Piedra. Allí hay pilares, decoraciones con símbolos religiosos tallados, una cruz de piedra que perteneció a la primera catedral de la ciudad, entre otros objetos inventariados como patrimonio local.
En el interior de la iglesia también hay objetos patrimoniales. Una colección de 11 pinturas de los apóstoles y profetas, que son una copia de alta factura de las pinturas de la iglesia de La Compañía.
El mural del artista
Adolfo Pérez Esquivel decora el ingreso a la iglesia.
Hay obras artísticas hechas entre los siglos XVIII y XX que se exhiben en el salón principal de la iglesia y en la capilla de Santa Bárbara, que también está dentro de la infraestructura.
Entre las obras artísticas sobresale una del artista argentino Adolfo Pérez Esquivel, que retrata el trabajo del exobispo Leonidas Proaño en favor de la población indígena de Chimborazo. En el cuadro se muestra a Jesucristo crucificado portando un poncho rojo.