Dos sismos se registraron en Ecuador este miércoles …
Pico y placa en Quito: restricciones para este miérc…
Tiroteo durante una graduación deja dos personas mue…
Hombre condenado tras matar y embalsamar a un águila…
Periodista sentenciado a prisión tras recibir demand…
Más de 1 400 personas fueron rescatadas por inundaci…
Gobierno estudia declarar la emergencia vial en Esmeraldas
Jóvenes y adultos podrán acelerar sus estudios básic…

La hotelería fusiona bambú con hormigón

Las zonas de descanso se levantan con materiales amigables como el bambú.

Las zonas de descanso se levantan con materiales amigables como el bambú.

Las construcciones están rodeadas por plantas ornamentales como las palmeras de coco, chavelitas, crotos, chifleras y palmas tipo botella. Fotos: Marcel Bonilla / CONSTRUIR.

Una escalera de bambú con base de hormigón permite el acceso desde la playa hasta una piscina, en Tonsupa. Los escalones, pasamanos de madera y techo de rampira dan la imagen de una pequeña cabaña al borde de la playa.

Desde ese sitio se observa un comedor construido con bambú y techo de paja. Alrededor cuenta con cerco, sujetado para que soporte los movimientos sísmicos.

Las sillas de metal tienen el asiento hecho con tiras de caña. Las mesas tienen una superficie de madera y las patas son de bambú gigante, con aspecto campestre, en un sitio destinado para hacer turismo en Esmeraldas.

Desde hace dos años, en la playa de Tonsupa algunos de los hoteleros optaron por ofrecer una alternativa a los turistas para que estén más cómodos en habitaciones construidas con caña y cemento.

El exdirector de Planificación del Municipio de Atacames, arquitecto Patricio Espinoza, explica que esta forma de construcción pone en vigencia a carpinteros ancestrales.

Ahí se recurre al uso del serrucho, hacha de mano, azuela y otras herramientas, que eran utilizadas antiguamente por los carpinteros, como Alberto Ramírez, dedicado a la construcción de casas tradicionales.

Eva Carrera, empresaria turística, señaló que se trata de rescatar la imagen de los balnearios, recurriendo a esa antigua forma de arquitectura de viviendas hechas con materiales del medio.

Las zonas de descanso se levantan con materiales amigables como el bambú.

Por ejemplo, en la Hostería Pelícano, en Tonsupa, se construyeron siete habitaciones con capacidad para 16 personas. Tienen temáticas culturales, en las que se promueve la conservación de antiguos edificios con el uso del bambú.

Pablo Jaramillo, propietario, explica que estas construcciones, con lo típico de la zona, generan mayor interés a los turistas porque son más cómodas y no están en edificaciones altas.

Los pilares de caña en su construcción están sobrepuestos y resaltan por un tratamiento con laca, que da un matiz amarillo-verdoso.

Las estructuras de bambú son sismorresistentes y pintadas de color blanco. Las puertas están hechas con caña guadúa, así como el tumbado tipo cielo raso. Esto se hacía en los años 40, en Atacames.

El terremoto del 2016 hizo que la gente que regresó a la playa, después de un año, decidiera estar en lugares que no le generen temor por la altura, entonces se acometió con la forma tradicional de construir viviendas.

El uso del bambú es parte del rescate de lo típico en la zona turística. Aquí se quiere fusionar lo tradicional y la arquitectura moderna, explica Luis Espinales, arquitecto.

En el paso de las edificaciones hacia la playa se encuentran fusiones de materiales.

Otra de las construcciones es la cafetería Cioccolato Caffe, Pizzería Ristorante, también con características ancestrales. En ella se conservan mesas rústicas, elaboradas con troncos de árboles y cerramientos de caña guadúa.

Su propietaria, Gabriela Andrade, explica que en el sitio se ofrece comida italiana, con la recreación de un ambiente característico de la Costa, en la que se muestren su cultura y costumbres.

En estos hay césped y plantas ornamentales que caracterizan a la costa de Esmeraldas, como las palmeras de coco, chavelitas, crotos, chifleras y palmas tipo botella alrededor de las construcciones.

Sofía Aveiga, una turista de la Sierra, cree que en los sitios donde se conservan aspectos de la tradición son mucho más acogedores, porque los visitantes buscan estar fuera de las paredes de hormigón para disfrutar de la naturaleza.