Elementos colgantes optimizan y personalizan los espacios

Estas lámparas poseen un diseño industrial. Se caracterizan porque la estructura es negra. Foto: cortesía Lighthaus.

Para ganar espacio, personalizar ambientes y otorgar un toque importante de elegancia a la vivienda, especialistas en diseño interior recurren a elementos colgantes como las lámparas, estufas y chimeneas con campanas suspendidas.
El arquitecto Daniel Sánchez, por ejemplo, diseñó una estufa para aprovechar una doble altura que supera los 5 metros. La colocó entre la sala principal y el comedor, y la pintaron de negro para que contrarreste con el color de materiales con tono maderado que abundan en su vivienda.
Actualmente, el mercado nacional ofrece un sinnúmero de estufas con diferentes formas y acabados. Sin embargo, Sánchez recomienda personalizarla según el espacio y las necesidades de los habitantes. En su caso, es solo decorativa.
Las estufas, al igual que las chimeneas y lámparas, deben estar en sintonía con el estilo de decoración de cada ambiente de la casa.
Por eso, tiendas locales ofrecen también variedad de colores. Hay modelos de chimeneas con campanas colgantes de acero en blanco y negro, que lucen en espacios con estilos de decoración variados por la combinación de tonos y sencillez, según Diego Tonello, gerente general de Batel SA.
En el caso de las lámparas, Martha Urrutia, de Gnowee, recomienda una lámpara industrial para una vivienda donde abunden materiales como el metal. Esas se caracterizan por tener cables largos y cubierta de aluminio o metalizada. Hay unas muy llamativas que tienen una base negra y parches en bronce y plateado.
Esas -asegura- lucen también en ambientes rústicos, donde abunda la madera en sus diferentes presentaciones.
Las lámparas colgantes, por lo general, alcanzan los 2 metros pero se las puede regular. Si la va a colocar en el comedor -a nivel de la mesa- la especialista sugiere ubicarla a 60 u 80 cm. de distancia.
Para un ambiente minimalista, en cambio, sugiere lámparas donde predominen las líneas rectas. En el mercado hay varias réplicas de diseñador que alcanzan los USD 400, pero también hay otras más sencillas que llegan a los USD 15.
Hay opciones para ambientes vintage y nórdicos. Las estructuras de las últimas tienen forma de ramas y bombillos en colores pastel.
El ingeniero eléctrico Dana Brown, de Lighthaus, cuenta que en la actualidad es posible personalizar los diversos ambientes de la casa con una lámpara diferente, pues espacios como la cocina, por ejemplo, requieren de un tipo de luz.
Para la sala, comedor, dormitorios sugiere iluminación cálida, mientras que en el estudio resulta más eficaz la luz fría.
Brown cuenta que el gusto de quienes visitan las instalaciones de Lighthaus es variado, sin embargo, existe una preferencia por materiales como el vidrio, metal, acrílico.
De la elección de esos materiales, precisamente, depende el costo de cada lámpara.
Hay diseños exclusivos que llegan al Ecuador bajo pedido. Otras personas, en cambio, prefieren piezas de diseñadores nacionales.
Uno de ellos es Francisco Pérez, que con la asistencia de electricistas elaboró una lámpara que tiene alrededor de 6 000 minicristales traídos de un viaje a Estados Unidos. Está elaborada con varillas de diferente tamaño de acero oxidadas con ácido muriático. “Sin duda -la lámpara- es la protagonista de esta vivienda”.