El diseño se caracteriza por los techos a dos aguas de diferentes tamaños. Fotos: cortesía Jag Studio.
La productividad de las personas en el trabajo y el resultado del mismo depende, en gran medida, del espacio en el que permanecen para realizarlo. Este debe ofrecer las mejores condiciones. Aquello se convierte en un parámetro para la arquitectura y el diseño de interiores, cuando se ocupan de la conformación de áreas de trabajo de diferente índole.
Estas imprescindibles pautas son un ejemplo para proyectos como Techitos, del Estudio Felipe Escudero (EFE). Se trata de un espacio tipo industrial, ubicado en Pifo, donde funcionan las bodegas y oficinas de Quesos La Holandesa.
La estructura se caracteriza por conjugar la modernidad con la tradición, explica el arquitecto que lidera el estudio. El edificio industrial sintetiza la esencia de la empresa que funciona en su interior.
Los techos están cubiertos por una piel curvilínea de aluminio negro.
Esta es una característica fundamental y un reto de la arquitectura y el diseño, ya que a través de materiales, adecuaciones y diseños se logra dar una identidad a los espacios, según las actividades que se realicen en ellos.
El diseño se destaca por los techos a dos aguas de diferentes tamaños, cubiertos por una piel curvilínea de aluminio negro. Esta estética del edificio está complementada con una geometría delimitada por cortes agudos en sus bordes.
En el galpón más grande del edificio se encuentra un almacenamiento de quesos a temperatura controlada. La piel interior está recubierta de paneles de poliuretano, que aíslan térmicamente el espacio de la calidez del exterior.
La geometría tiene cortes agudos en sus bordes.
Los espacios de oficina están ubicados en los galpones más pequeños. En forma de bóvedas, estos “provocan la impresión de sumergirse en un episodio gótico a quien ingresa”, asegura el arquitecto de EFE.
Un interesante contraste se hace presente en los espacios tipo loft, así como en las grandes superficies de las ventanas, que aprovechan las vistas del valle. “Estos son detalles del diseño que brindan un hermoso toque contemporáneo a la construcción”.
Como en cualquier proyecto arquitectónico, y especialmente considerando que se trata de un área de trabajo, en Techitos el diseño de iluminación fue clave. La luminaria en el interior fue pensada como una escultura en tres dimensiones, que se extienden por todo el espacio.
Esto es una muestra de los usos funcionales y decorativos de la luz en la arquitectura y el diseño de los espacios.
Los espacios de oficina fueron instalados en los galpones más pequeños.
La construcción, además, fue pensada para contener dentro de sus límites un patio con un árbol central. De esa manera, los habitantes pueden disfrutar de un ambiente de contemplación y descanso, en medio de sus actividades laborales. “Un ambiente que parecería llevarnos a una realidad alterna”, dice Escudero.
En Techitos se planteó la idea base de aprovechar todas las posibilidades de diseño, a partir de una construcción común y netamente funcional, ubicada en un área vehicular de maniobras, explica el arquitecto. “Como parte de esta lógica, sobre la superficie del canchón se dibujó un patrón a gran escala, con el cual se complementa la obra”.
La garita del guardia y de servicio en la entrada es como un “bebé” de la estructura principal. Esto quiere decir que utiliza la misma geometría, pero en una escala más pequeña.
Esto hace que el proyecto, en su totalidad, se asemeje a una familia de montañas como aquellas que rodean los valles del cordón andino.