Los tableros de aglomerado cuentan con un recubrimiento de melamina en distintos acabados. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
El MDF y los tableros aglomerados figuran en la lista de materiales preferidos para la elaboración de muebles de cocina. Atrás quedó el uso de la madera maciza.
Estos materiales, versátiles, resistentes y de fácil mantenimiento, son elaborados a partir de madera triturada y resinas especiales, que luego de pasar por un proceso de prensado se convierten en tableros de diferentes medidas.
Alexander Báez, gerente de Negocios y Marketing de Edimca, señala que los dos recursos son igual de resistentes, pero que se diferencian entre sí, sobre todo en la densidad de las partículas de madera.
Con una amplia gama de acabados estos elementos desplazan a la madera maciza.
El aglomerado tiene las astillas mucho más gruesas y visibles, mientras que el MDF se caracteriza por tener partículas más finas y compactas.
En cuanto a sus usos, los dos son ideales para fabricar muebles de cocina, pero cada uno posee características especiales para cada parte del mueble. El MDF es maleable, lo que permite la formación de curvas, ruteados o tallados.
El aglomerado, en cambio, es más firme y se astilla con facilidad por lo que su uso está más relacionado a puertas, estantes, cajones y otras estructuras. Báez indica que el aglomerado se comercializa en tableros de 7×8 pies, al igual que el MDF. Este último también se consigue en tableros más pequeños, de 6×8 pies por ejemplo.
Los acabados en madera tienen la textura y veta natural en diferentes tonos. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Una de las ventajas de estos materiales es que su fabricación es más amigable con el ambiente. Báez señala que la madera para elaborar los tableros proviene de bosques renovados y que el proceso productivo es minucioso, con el propósito de optimizar todos los recursos.
Para dar un acabado sobre estos materiales se coloca una capa de melamina. Este recurso marca tendencia en la actualidad por su costo y mantenimiento. También se pueden colocar enchapados de madera natural, porcelanatos o simplemente lacar.
En el mercado existe una amplia gama de melaminas que simulan los colores, la textura y las vetas de la madera original.
Además, hay otro tipo de melamínicos para estilos más minimalistas. Por ejemplo, los de alto brillo o ultramate, que vienen en colores blanco, gris y negro para complementarse con la madera.
Los acabados mate lisos o ultra brillantes en tonos negro, gris y blanco son alternativas para estilos más modernos. Fotos: Vicente Costales / EL COMERCIO
Luz Rivadeneira, diseñadora de interiores del estudio Loah, destaca que otra de las ventajas de estos materiales y por lo que han ganado más terreno, es su mantenimiento. A diferencia de la madera maciza natural, estos tableros tienen resinas que están diseñadas para resistir al agua. Con ello se evitan problemas de manchas, moho o humedad.
Al estar cubiertos de melamina, un material plástico, no se generan manchas ni se absorben líquidos u olores. Por otro lado, ya sea el aglomerado o el MDF, dan la opción al usuario de personalizar el mueble con el color y textura según el estilo de decoración que prime en el espacio. Al MDF, por ejemplo, se lo puede dejar al natural, de un solo color, y aplicar laca. Este tipo de acabado va bien en puertas.