“Detectamos que existían sentencias algo pre fabricadas” declaró a EL COMERCIO el destacado jurista Dr. Roberto Salgado, quien fue parte del comité de apoyo a la evaluación de la Corte Nacional de Justicia. En otras palabras ha imperado una especie de ‘copy-paste’ ordenado por quienes nos intoxicaron con el sonsonete de que hacían de la justicia una práctica diaria. Esa justicia ordinaria también se burla de la justicia constitucional desacatando sentencias dictadas por la Corte Constitucional, que es el máximo órgano de control, interpretación y administración de justicia, según el art. 429 de la Constitución.
La descarnada disección que hace el Dr. Salgado contiene importantes recomendaciones para que el Consejo de la Judicatura introduzca correctivos pues de nada serviría cambiar personas (jueces) manteniendo las mismas prácticas oprobiosas que desnaturalizan la aplicación del derecho, pervirtiéndolo. Conozco de sentencias constitucionales ejecutoriadas desde hace años pero aun no ejecutadas por desidia, quemeimportismo, tráfico de influencias, o mala fe, pues hay jueces serviles a un sistema judicial minado por la corrupción. En la actual Corte Constitucional reposan denuncias de desacatos escandalosos ocurridos bajo la mirada cómplice del Consejo de la Judicatura. En algún caso hay sentencia dictada hace más de 10 años que los jueces inferiores irrespetan. Es hora de que la flamante Corte Constitucional haga valer las amplias y concretas atribuciones que le confiere la ley, evitando así que jueces inferiores se mofen de sus fallos.
Xavier Neira Menéndez