Recientemente mi esposa fue sometida a una operación. Cuando fui a recogerla para llevarla a casa, lo de siempre: no había espacio donde parquear el vehículo, consciente de que me quedé en una zona prohibida entré a la clínica para llevar a mi esposa; luego de los trámites obligatorios, salimos de la clínica y el vehículo se esfumó, lo llevó la wincha del Municipio, me indico el guardia de la clínica y para colmo era hora pico, no había un taxi libre.
A punto de explotar, conseguir que un taxi lleve a mi esposa, gracias a la bondad de una señora que aceptó de manera desconfiada compartir el taxi con mi esposa y mis dos hijos; yo me dirigí a recuperar el vehículo, sorpresa: ¡no está registrado en la base de datos y no pude pagar la pequeña multa (USD 132,00), regrese mañana. Respiré tres veces y pensé hoy no es mi día.
Esta crónica evidencia el hecho de que Quito no es “el Quito que queremos”, restricciones de áreas de parqueo, multas desproporcionadas, inseguridad, caos en el tránsito, aumento de impuestos , obras prioritarias que esperan el sueño de los justos, mil problemas que el señor Alcalde y su equipo no acaban de dar solución. Por favor señor Alcalde, ofrezca alternativas a los pobladores de esta” ex franciscana” ciudad. Restricciones pero con soluciones.