En nuestro país diciembre es sinónimo de palabras y frases como: canelazo, cuarenta, chullita, navidad, “yo no olvido al año viejo”, entre otras. Sin embargo a nivel mundial, este inicio de mes tiene una connotación no tan festiva. El 1 de diciembre es conmemorativo, es el Día de Mundial del SIDA. Es según el portal infosida “una oportunidad para celebrar y respaldar los esfuerzos mundiales para prevenir nuevas infecciones por el VIH, ampliar la concientización y los conocimientos sobre ese virus y apoyar a las personas seropositivas.”
En nuestro país para el 2018 se diagnosticaron 4 017 casos. La condición de su enfermedad no ha menoscabado su dignidad humana intrínseca, es el comportamiento y trato peyorativo de algunos agentes sociales los que vulneran sus derechos más esenciales como el de igualdad no solo formal sino material. Esta enfermedad no tiene cura y por tanto su tratamiento no direccionado a la sanación sino a que la condición de vida de la persona sea la mejor posible. No solo existe una responsabilidad estatal de garantizar espacios de inclusión de las personas que padecen esta enfermedad, sino que la población general debe responder ante un llamado de responsabilidad con el otro. La discriminación por una condición específica vulnera derechos fundamentales y ocasiona una estigmatización profunda.