Al pueblo soberano no se le informa la verdad de lo que pasa con el presupuesto anual del Estado, en el entendido de que los recursos se destinan a financiar los gastos corrientes, las inversiones, las transferencias y el servicio de la deuda. Las asignaciones presupuestarias para cumplir con esta última obligación, van creciendo anualmente por los intereses que se acumulan y porque se recurre a contratar más deuda para cubrir estos déficits presupuestarios, que son la diferencia entre los ingresos y gastos, y que deberán constan anualmente en los presupuestos del Estado.
El Gobierno continúa endeudándose en forma galopante, sabiendo aún que con creces se sobrepasó el porcentaje de endeudamiento permitido con relación al PIB, que también constituye otro engaño, porque la deuda se la paga con los recursos de presupuesto del Estado y no con el cálculo del PIB. Así, los déficits financiados con deuda pública seguirán creciendo con el tiempo y absorbiendo los recursos públicos, por la quiebra en que se encuentra el país y no se toman las medidas apropiadas para salir. Como gran logro, los voceros del Gobierno nos informan que el ministro de Finanzas ha conseguido mayor deuda, como si las deudas no se fueran a pagar.